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Crónica: Llamar al timbre y salir corriendo fue lo último que hicieron

Crónica: Llamar al timbre y salir corriendo fue lo último que hicieron seis muchachos que se divertían en una fiesta de cumpleaños.
2020-04-27T11:59:41+00:00
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  • Crónica: Llamar al timbre y salir corriendo fue lo último que hicieron
  • Seis muchachos salieron a jugar el típico juego de tocar el timbre y salir corriendo, pero fueron a dar con un hombre al que no le hio gracia.
  • Tres murieron, entre ellos un hispano, y otros tres fueron hospitalizados.

Drake Ruiz, Daniel

Hawkins, Jacob Ivascu, de California, eran inseparables desde quinto grado. Asistían al mismo grupo juvenil de la iglesia y habían organizado un fin de semana divertido para celebrar el cumpleaños de uno de ellos.

Una fiesta de pijamas con cena, lucha libre y zambullida en la piscina en la casa de los Hawkins junto con dos de sus hermanos menores y un amigo.

Lo pasaron fantástico, se rieron, comieron, bromearon. Eran adolescentes felices haciendo el tonto, como todos lo hemos sido. Chicos sanos haciendo cosas de muchachos.

Crónica: Llamar al timbre y salir corriendo fue lo último que hicieron

Crónica: Llamar al timbre y salir corriendo fue lo último que hicieron
Foto GoFundMe

Una cosa llevó a la otra y, después de jugar fútbol un rato, se pusieron a pensar qué más hacer.

«¡¡Vamos a tocar timbres!!, dijo uno muerto de risa.

¡¡Vamos, sí!!, corearon todos.

Y decidieron jugar a eso, al Ding-Dong Ditch, el viejo juego donde los niños tocan el timbre de alguien y luego huyen entre risas.

Los tres muchachos, junto con el hermano de Jacob, Joshua, de 14 años, y el hermano de Daniel, de 13 años, también llamado Joshua, se subieron a un Toyota Prius conducido por su buen amigo, Sergio Campusano. Luego se detuvieron en la casa de un vecino.

Eligieron aquella casa precisamente porque tenía luces LED en una ventana. Eso, para los muchachos, significaba que había niños en la casa.

«Esa, Sergio, para ahí, está buena, hay niños ahí», dijo uno de los muchachos.

«¿Quién se baja a tocar el timbre?», preguntó Drake Ruiz con una sonrisa revoltosa.

Le tocó a Joshua. Se bajó del auto y miró un par de veces a su amigos, con las cabezas asomadas por las ventanas del auto expectantes.

Respiró hondo, los miró una vez más y les hizo una mueca divertida.

Entonces tocó el timbre… y salió corriendo.

«¡¡Corre, corre!!», le coreaban los demás.

Y, mientras se subía al auto de Sergio y arrancaban a toda prisa, pudieron escuchar cómo alguien salía de la casa y cerraba la puerta.

«¡Dios mío!! ¿Vieron eso? ¡¡Ja,ja,ja!!», los muchachos estaban atrapados por la adrenalina de la vieja broma, igul que lo habían estado antes sus padres y abuelos cuando jugaron a lo mismo.

Es verdad que puede ser un juego irritante para el habitante de la casa en la que los niños tocan el timbre. Pero, al margen de algún tirón de orejas, si te atrapaban, o insultos en la distancia… nunca fue un juego peligroso.

Hasta que los niños fueron a llamar al timbre equivocado. El de Anurag Chandra, de 42 años.

Patrulla de Carreteras de California – Anurag Chandra

Este tipo se sacó de sus cabales con la broma. Decidió seguir al auto de los muchachos con el suyo. Los persiguió y cuando los tuvo al alcance los miró unos segundos antes de actuar.

Dentro del Prius, las risas se convirtieron en gritos de alarma y miedo.

«¡Miren! ¡Nos sigue el tipo!»

«¿Qué demonios está haciendo?»

Y sus caras asustadas contemplaban desde las ventanas el rostro furioso de Chandra al volante de su auto Infinity.

Crónica: Llamar al timbre y salir corriendo fue lo último que hicieron

Y, en un momento de la loca persecución, los embistió.

El auto de los muchachos se desvió de la carretera con el choque trasero.

Sergio perdió el control.

«¡Agárrense!»

Los muchachos gritaron en pánico.

Después se estrellaron contra un árbol.

Crónica: Llamar al timbre y salir corriendo fue lo último que hicieron
Captura de video – KTLA

El Infinity, con Chandra conduciéndolo, desapareció.

Los tres mejores amigos, Drake Ruiz, Daniel Hawkins, Jacob Ivascu murieron. Sus hermanos Joshua Ivascu, Joshua Hawkins y su amigo Sergio fueron hospitalizados por lesiones que iban desde una conmoción cerebral hasta vértebras fracturadas.

La Patrulla de Carreteras de California arrestó a Chandra en su casa. Está acusado de tres cargos de asesinato y tres cargos de intento de asesinato. Se declaró inocente el 21 de febrero.

Las familias destrozadas buscan justicia, pero también dicen que perdonan a Chandra. Eso es lo que su fe les indica que hagan.

«Todos crecimos jugando a Ding Dong Ditch«, dice la madre de Drake, Debbie Ruiz, de 56 años, que dirige una compañía de ambulancias. «Nadie hubiera pensado en matar a un niño por eso. Hay tanta furia en todas partes en este momento… y demasiadas personas locas».

Crónica: Llamar al timbre y salir corriendo fue lo último que hicieron

La madre de Jacob, Ramona, dice que su hijo querría que ella lo perdonara: «Él me diría: ‘Mamá, tienes que perdonarlo. Tienes que hacerlo porque la falta de perdón no trae ningún cierre'».

El padre de Drake, Billy, citando su fe religiosa, dice que el perdón es «lo que creemos».

Más que nada, las familias quieren honrar la vida de sus hijos, y recientemente han lanzado un sitio web llamado Rememberthe3.com. «No quiero que se conviertan en una estadística, como, ‘Oh, tres adolescentes asesinados'», dice el padre de Daniel, Craig.

También se ha creado una página GoFundMe para ayudar con los gastos médicos.

Nunca, tampoco yo, hubiera pensado que un juego inocente iba a desatar semejante tragedia. ¡Qué locura!

Esta ha sido mi crónica de hoy, gracias por leerme, te espero en la de mañana, como siempre.

Nota del editor: esta crónica está basada en un caso real y cuenta con elementos ficticios propios de este género.

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