¿Cómo crear una rutina nocturna que realmente funcione para tus hijos?

- Rutina constante mejora el sueño
- Ambiente tranquilo favorece descanso
- Evitar pantallas antes de dormir
Lograr que los niños se duerman sin berrinches ni excusas puede parecer una misión imposible.
Pero con una rutina nocturna bien diseñada, las noches pueden convertirse en momentos tranquilos y hasta agradables.
Aquí te compartimos una guía práctica en forma de tips para que la hora de dormir deje de ser una pesadilla.
Rutina nocturna: Tips clave para el buen dormir

1. Sé constante con el horario
Los niños necesitan previsibilidad. Acostarlos a la misma hora todos los días —incluso los fines de semana— ayuda a que su reloj biológico se ajuste y se duerman más rápido.
Tip extra: comienza la rutina entre 30 y 60 minutos antes de la hora deseada para dormir.
2. Un baño tibio siempre ayuda
El agua tibia relaja el cuerpo y la mente. Un baño antes de dormir puede ser el «interruptor» perfecto que indique al niño que se acerca el descanso.
3. Crea un ritual nocturno relajante
Leer un cuento, escuchar música suave o practicar respiraciones pueden ser parte de este ritual. Evita juegos muy activos o pantallas (TV, tabletas, celulares), ya que estos estimulan el cerebro.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: Del Rincón renace entre lágrimas y logra histórica nominación al Emmy
4. Baja las luces y el volumen
La iluminación tenue y un ambiente tranquilo son claves. Puedes incluso usar una luz nocturna suave para que el paso a la oscuridad no sea abrupto ni temido.
Cierre perfecto: hábitos finales antes de dormir

5. Ojo con la cena
Una comida muy pesada o azucarada cerca de la hora de dormir puede dificultar el sueño. Opta por cenas ligeras y evita alimentos con cafeína (¡sí, el chocolate cuenta!).
6. Usa frases de transición
Frases como “Después de este cuento, vamos a dormir” ayudan a preparar emocionalmente a los niños para lo que viene, sin que se sienta como una orden brusca.
7. Asegura una despedida nocturna amorosa
Un beso, un abrazo, o una frase como “te quiero, que duermas bien” no solo tranquiliza al niño, sino que también le da seguridad para descansar.
En resumen, establecer una rutina nocturna efectiva no solo mejora el sueño de tus hijos, sino que también fortalece su bienestar emocional y la armonía familiar.
Aunque al principio puede requerir paciencia y constancia, los beneficios a largo plazo valen totalmente el esfuerzo.
Recuerda: cada familia es diferente, así que adapta estos consejos a lo que mejor funcione para ustedes. ¡Las noches tranquilas sí son posibles!
¿Y tú, qué pasos incluyes en la rutina nocturna de tus hijos? ¡Cuéntanos en los comentarios!

