Pequeños con grandes miedos: señales que no debes ignorar

Publicado el 23/05/2025 a las 17:05
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Los miedos infantiles son parte del crecimiento, pero ¿cómo saber cuándo dejan de ser normales y se convierten en señales de alerta?
Aquí te explicamos las señales que no debes pasar por alto.
Entender los miedos infantiles es clave para ayudar a nuestros hijos

1. Miedos que no desaparecen con el tiempo
Es natural que un niño tema a la oscuridad o a los monstruos debajo de la cama, pero si ese miedo persiste durante meses o incluso años, podría indicar un trastorno de ansiedad infantil.
Los miedos comunes suelen disminuir con el desarrollo, no intensificarse.
2. Evita actividades cotidianas
¿Tu hijo se niega a ir a la escuela por miedo a separarse de ti? ¿Evita dormir solo o salir a jugar?
Si un miedo interfiere con su rutina diaria, no es simplemente una etapa.
3. Reacciones físicas intensas
Sudoración, temblores, dolor de estómago o dificultad para respirar ante ciertas situaciones pueden ser síntomas de una fobia.
No es “drama”, es el cuerpo del niño hablando por él.
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4. Cambios en el comportamiento
Irritabilidad, llanto constante, pesadillas recurrentes o problemas para dormir pueden ser manifestaciones emocionales de un miedo profundo o incluso de una experiencia traumática.
5. Necesidad constante de seguridad
Pedir una y otra vez que le asegures que todo está bien, revisar varias veces si la puerta está cerrada o si no hay monstruos debajo de la cama puede ser señal de ansiedad o pensamientos obsesivos.
6. Conductas regresivas
Si tu hijo ya controlaba esfínteres y de repente vuelve a mojar la cama, o si empieza a hablar como un bebé, puede estar expresando un miedo que no sabe cómo manejar.
¿Qué hacer si notas estas señales?

Lo primero es validar sus emociones. No minimices ni ridiculices su miedo. Luego, considera hablar con un psicólogo infantil. Cuanto antes se aborde, mejores herramientas tendrá para enfrentarlo.
Detectar a tiempo los grandes temores de los más pequeños no solo ayuda a proteger su bienestar emocional, sino que también fortalece el vínculo de confianza entre ellos y los adultos que los acompañan.
No se trata de evitar que sientan miedo, sino de enseñarles que pueden enfrentarlo con apoyo, comprensión y las herramientas adecuadas.
¿Alguna vez tu hijo o hija ha tenido un miedo que te costó entender? Cuéntanos tu experiencia
FUENTE: American Academy of Child and Adolescent Psychiatry (AACAP) / KidsHealth de Nemours

