Crónica: Policía baja a hispano por la fuerza de su camioneta
- Crónica: Policía baja a hispano por la fuerza de su camioneta
- El hombre llegó a la casa para presionar a su ex a que volvieran
- “¡No bronca… no problem… no perico… no coca, solo Bud Light!”
Crónica Policía hispano camioneta. Hay hombres que cuando se trata de faldas, no aceptan un ‘no’ por respuesta y en su afán de tener a su lado a la mujer que quieren, son capaces hasta de cometer locuras, como es el caso de Jilmo Alvarado Nolasco, un ciudadano mexicano de 35 años residente de Georgia, quien acaba de ser arrestado.
Resulta que a Jilmo lo había dejado la mujer y este al darse cuenta de que estaba viviendo donde su cuñada, se fue a meter en su camioneta a la casa. Muy astuto, el sujeto estacionó la unidad en medio del ‘driveway’ como para evitar su ex fuera a marcharse sin él, pero todo le salió mal.
Enojado se bajó a quebrar una ventana: Crónica Policía hispano camioneta.
El Departamento de Policía de la ciudad de Norcross asegura que a pesar de que estuvo gritándole a su expareja para que saliera a hablar con él para tratar de arreglar las cosas entre ellos, esta lo ignoró, lo cual le molestó en gran manera a Jilmo, al punto de que comenzó a destruir cosas.
El hombre supuestamente comenzó a patear todo lo que se cruzó en su camino y no satisfecho con eso, quebró una de las ventanas de la vivienda, lo que asustó a sus moradores, que decidieron llamar de inmediato al 911 ante la posibilidad de que fuera a meterse para causarles algún daño.
Una patrulla llegó al lugar a los tres minutos
Debido a lo descrito por los denunciantes, la llamada fue considerada como “prioridad” por la que todas las unidades disponibles fueron desplegadas al lugar. El primero en llegar fue el oficial Noah Fowler, cuya cámara corporal captó perfectamente cómo el sospechoso y un acompañante estaban obstruyendo la entrada del domicilio.
El uniformado se bajó para pedirle al sujeto que se bajara con las manos en alto, pero este lo ignoró completamente. De hecho, cuando el oficial le abrió la puerta del vehículo, lo que Jilmo hizo fue tomar su botella de cerveza y echarse un trago, el último, por cierto, porque literalmente se lo quitaron de la boca.
No se quería dejar esposar
El agente se vio obligado a bajar a la fuerza al mexicano y cuando lo quiso esposar, este comenzó a forcejear con el patrullero que, sin pensarlo dos veces, lo tomó por el cuello y lo arrojó contra el pavimento con todas sus fuerzas. El impacto fue tan fuerte que hasta rebotó.
Una vez acostado en el piso, le quiso poner nuevamente las esposas, pero Jilmo juntó sus manos para evitarlo. No fue hasta que llegaron dos compañeros que les fue posible someterlo. Una vez esposado, el detenido empezó a decir una serie de tonteras que a lo mejor ni él mismo se entendía. Crónica Policía hispano camioneta.
“¡No bronca… no problem… no coca, solo Bud Light!”: Crónica Policía hispano camioneta.
Cuando lo levantaron, Jilmo pasó a una nueva etapa: proferir puras bobadas. “No bronca…”, les dijo como mil veces a los agentes para hacerles ver de que no estaba resentido con ellos por el porrazo que acababa de sufrir. “No problem…”, les insistía, pero eso absolutamente para nada les sirvió.
“Hey güero, yo no perico… no coca, solo Bud Light”, le decía al agente anglosajón para dejarle saber que no le hacía a las drogas, sino que solamente a las cervezas. “Lo siento no hablo español”, le respondía el representante de la ley y el orden. “Moreno no perico… no coca”, le dijo entonces al policía afroamericano que también lo ignoró. Crónica Policía hispano camioneta.
Hasta les ofreció bebidas a los oficiales: Crónica Policía hispano camioneta.
La falta de razón de Jilmo era tanta que hasta llegó al punto de ofrecerle bebidas a los agentes, pero como lo hizo en español, no le entendieron nada. Suerte tuvo, porque fácilmente podrían haberlo acusado de intento de soborno, un delito todavía más grave de los que enfrenta ahora mismo.
Al ver que lo habían ignorado siguió diciendo barbaridades. “No me vayan a pegar. Soy inocente. Soy inocente…”, les decía a los agentes. “Por favor déjenme ir, no broncas conmigo. Alondra…”, gritaba pidiéndole ayuda a una mujer, desconozco si de trata de su ex o qué.
Acabó en una fría celda de la prisión de Gwinnett
Tras ser arrestado de manera oficial, Jilmo fue acusado de embriagarse en la vía pública, traspasar propiedad privada y causar daños en ella al quebrar una ventana, de conducta desordenada entre otros. Fue recluido en la cárcel del condado de Gwinnett donde le impusieron una fianza de casi 4 mil dólares.
El mexicano logró pagar dicha cantidad unas horas después cuando ya le había pasado un poco la borrachera, por lo que recuperó su libertad. Otro golpe d suerte. De haber cometido semejante burrada el año pasado, habría acabado deportado, pues en esa cárcel operaba Inmigración, pero ya no más. Espero que aprenda la lección y en adelante, cambie su estilo de vida. Gracias por leer mi crónica de hoy en MundoHispánico. Hasta la próxima. Crónica Policía hispano camioneta.