Crónica: Cae mexicano, salvadoreño y guatemalteco de un solo tiro

• Eso es considerado “intoxicación en la vía pública”.
• El trío se puso a violar la ley a sabiendas de que tenía rabo de paja.
• Se estaban embriagándose en la vía pública cuando les cayó la policía.

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Eso es considerado “intoxicación en la vía pública”

El salvadoreño Marcelino Reyes, de 33 años, el guatemalteco Mauricio Juárez, de 37; y Antonio Carrillo, de 45; tienen muchas cosas en común: para comenzar, a todos les fascinan las bebidas alcohólicas y de paso, suelen meterse en problemas legales, como es el hecho de mentirle a las autoridades estadounidense, lo que es considerado un delito muy grave. El pasado fin de semana a este trío de hispanos se le ocurrió la pésima idea de reunirse en el estacionamiento de una popular tienda de la ciudad de Norcross, en Georgia, en la cual habían planeado comprar licor, lo que en teoría es 100 por ciento legal. Pero lo que hicieron justo después fue el problema: se pusieron a tomársela ahí mismo.

Legalmente, ya con eso Marcelino, Mauricio y Antonio, estaban violando varias leyes estatales, entre ellas las de tener bebidas abiertas, conocido como ‘open container’ e intoxicación en la vía pública. A lo mejor ya habían hecho eso antes ahí mismo y sin tener ningún contratiempo, pero esta vez, todo sería diferente. Y es que, para su mal suerte, ingresó al lugar una patrulla policial. Cuando vieron a la unidad del gobierno que se acercaba, los tres señores se trataron de esconder detrás del contenedor de basura, pero ya para entonces ya era demasiado tarde. El agente que iba a bordo ya los había visualizado y de inmediato se dirigió hasta donde ellos estaban. Se bajó, sacó su linterna de mano y los fue abordar para ver lo que estaban haciendo.

Fueron amables y fueron respetuosos, pero de nada les sirvió

Cuando el uniformado los interceptó, los tres latinos se comportaron de una manera muy educada. Fueron cordiales con él, pero cuando les pidió su identificación, solamente Mauricio le entregó un documento de su país Guatemala, los otros dos le dijeron que no portaban ninguna prueba sobre su identidad, lo cual no era del todo cierto.

Y es que Antonio fue tan ágil que antes de que llegara el oficial a donde ellos estaban se había sacado su carné y lo había escondido en un espacio entre una pared y la acera. No contaba con que el agente lo encontraría de pura casualidad unos minutos después cuando ya le había dado otro nombre diferente al real.

Uno tras uno fue siendo esposados

Cuando el agente Sánchez revisó en su sistema la credencial del chapín, se dio cuenta de que ya tenía una orden de arresto pendiente por no presentarse a una corte sobre otra acusación previa. Lo metió a su unidad y regresó con Antonio. Le dio otra oportunidad de darle sus datos reales, pero este volvió a mentirle sin saber de qué estaba a punto de quedar expuesto.

Entonces el policía se dirigió a donde estaba su identificación tirada y la levantó de ahí. “Ya sé quién eres en realidad. Date vuelta, estás arrestado por haberme dado información falsa”, le dijo antes de esposarlo y llevarlo a la patrulla, donde lo sentó al lado de Mauricio, su fiel compañero de malas andanzas. Ya al agente solo le faltaba lidiar con Marcelino. Archivado como: Crónica mexicano salvadoreño guatemalteco.

Le dijo que recién había perdido su cartera

Marcelino le dijo al agente que no contaba con ningún documento porque su cartera se le perdió. Declaró que se llamaba Juan Carlos Carbajal, lo que era mentira. “Sino me das un ‘ID’ te llevaré a la cárcel porque necesito saber quién eres en realidad”, le advirtió el patrullero. “No soy ningún delincuente, pero humildemente tengo que dejar que usted haga su trabajo señor”, le respondió.

El salvadoreño creyó que con su amabilidad lo convencería, pero no fue así.  “Préstame tu teléfono y déjame ver tu Facebook”, le pidió el uniformado. “Tengo mensajes ahí que no quiero que leas”, le respondió el centroamericano. “No me interesa ver tus mensajes, solo tu nombre”, le aseguró el representante de la ley y el orden. “Está bien”, consintió el salvadoreño. Archivado como: Crónica mexicano salvadoreño guatemalteco.

Su cuenta en Facebook lo hundió

Resulta ser que, en sus redes sociales, Marcelino sí tenía sus datos verdaderos y por más que trató de convencer al oficial de que se llamaba Juan y que en Facebook aparecía así porque temía que los hackers supieran cómo se llamaba de verdad, no lo logró. Todos sus intentos fueron en vano y también acabó esposado por mentiroso.

Cuando fue recluido en la cárcel del condado de Gwinnett, supieron su nombre verdadero y que también tenía una orden de aprehensión pendiente, por lo que seguramente le mintió al agente. En pocas palabras, a este trío le fue mal y todo por no haberse ido a beber a sus hogares, en donde nada les habría pasado. A ver si aprenden la lección. Gracias por leer mi crónica de hoy en MundoNow Hasta la próxima. Archivado como: Crónica mexicano salvadoreño guatemalteco.