Moisés Sandoval Mendoza: Texas ejecuta a hispano por crimen

¿Quién era Moisés Sandoval Mendoza?
¿Qué ocurrió con Rachelle Tolleson?
¿Por qué fue tan polémico el juicio?

El estado de Texas ejecutó este miércoles a Moisés Sandoval Mendoza, de 41 años, por el secuestro, abuso y asesinato de una joven madre ocurrido en 2004.

El hispano fue declarado muerto a las 18:40 horas locales, tras recibir una inyección letal en la prisión estatal.

Se trata del tercer prisionero ejecutado en Texas en lo que va del año, según la Fiscalía del condado de Collin.

Sandoval Mendoza fue condenado por el crimen de Rachelle O’Neil Tolleson, una joven de 20 años que cuidaba a su hija de cinco meses cuando desapareció.

Ejecutan en Texas al hispano Moisés Sandoval Mendoza

🚨#ULTIMAHORA🚨Texas ejecuta al hispano Moisés Sandoval Mendoza, mejor conocido como el “asesino sádico,” quien fue condenado por estrangular, apuñalar y quemar a Rachelle O’Neil Tolleson de 20 años en marzo de 2004 y quien dejo huerfana a su hija de 6 meses, segun la fiscalía.… pic.twitter.com/rqMt0IdoTJ

— Jorge Flores Nava (@JorgeFNAVA) April 24, 2025

Según las autoridades, el hombre la sacó de su casa, la llevó a un campo, abusó de ella, la estranguló y luego la apuñaló.

Después trasladó el cuerpo a una zona remota y lo quemó para ocultar el crimen.

El bebé fue hallado con vida al día siguiente por familiares de Tolleson. El cadáver de la joven apareció seis días después, tras una intensa búsqueda.

Aunque Sandoval Mendoza confesó el asesinato, negó haber abusado de la joven y aseguró que ella se fue con él voluntariamente.

Pese a su versión, él mismo guió a los investigadores hasta el lugar donde arrojó el cuerpo y reveló otras pruebas físicas clave para el caso.

Durante el juicio, su defensa alegó que la Fiscalía utilizó un falso testimonio para pintar a Sandoval Mendoza como una persona extremadamente violenta.

Intentaron apelar la sentencia varias veces, sin éxito.

El fiscal Greg Willis respondió este miércoles que “desde el principio, no hubo duda alguna sobre su culpabilidad”.

Añadió que el acusado no mostró remordimiento, e incluso parecía “orgulloso” de lo que había hecho.

Willis destacó que en dos décadas, múltiples tribunales estatales y federales revisaron el caso y respaldaron la sentencia impuesta por el jurado.

“Las pruebas eran abrumadoras y la sentencia fue justa. Esta noche, finalmente se hizo justicia”, concluyó.