Herman Webster Mudgett, El doctor Holmes-Crímenes de terror
La mayor parte de sus crímenes ocurrieron en Indiana, Ontario, Illinois y Pensilvania, donde se sospecha que mató a nueve personas en un lapso de cuatro años; sin embargo, únicamente pudo ser condenado por el asesinato de una persona, por el que recibió la pena de muerte.
Los inicios de Herman Webster Mudgett
Herman Webster Mudgett tuvo, en apariencia, una infancia común y corriente a lado de sus padres, dos metodistas devotos. En su adolescencia, contrajo matrimonio con Clara Loveling, a quien, de acuerdo con testigos, solía maltratar. La pareja se separó en 1884, cuando Clara regresó a casa de sus padres y juró no saber nada más de su exesposo.
A la par de estos acontecimientos, Herman Webster Mudgett ya se encontraba estudiando en la Universidad de Michigan; ahí, testigos aseguran que, en complicidad con un profesor, exhumaba cuerpos para facilitar cadáveres a la facultad de medicina. Los rumores no se hicieron esperar, y pronto Webster fue acusado de ser un asesino, pero él declaró que solamente era un estafador.
Murder Castle y Herman Webster Mudgett
A su arribo a Chicago en agosto de 1886, H. H. Holmes, nombre que había adoptado para evitar ser relacionado con su pasado de estafador, aceptó un trabajo en una farmacia, que más tarde compró. Este sería el inicio de una serie de asesinatos y estafas: su primer acreedor, un hombre llamado John DeBreuil, murió de una supuesta apoplejía mientras se encontraba en la farmacia de Holmes.
Con el tiempo y una serie de estafas por las que fue demandado en repetidas ocasiones, Holmes construyó un edificio que fue llamado ‘Murder Castle’, donde, se cree, fueron escondidos los cuerpos de sus víctimas, así como toda la evidencia que pudiera incriminarlo en los asesinatos.
Víctimas consideradas de Herman Webster Mudgett
El primer asesinato de Herman Webster, o H. H. Holmes, ocurrió cuando este se encontraba en Chicago; ahí, de acuerdo con las investigaciones, mató a Julia Smythe, una mujer que había sido su amante. En ese entonces, Holmes declaró que la desaparición y muerte de Smythe se debió a que esta se sometió a un aborto que le ocasionó una gran pérdida de sangre.
Otro de los asesinatos atribuidos a Webster fue el de Emeline Cigrande, quien desapareció en mayo de 1892, así como el de Minnie y Annie Williams, dos hermanas que desaparecieron misteriosamente y a quien nunca más se les volvió a ver con vida. Ninguno de los cuerpos de las víctimas de Webster fueron encontrados.
El asesinato de los Pitezel
Las estafas de Webster Mudgett fueron cada vez más frecuentes; para poder concretar sus planes, se basó en la ayuda de un carpintero llamado Benjamin Pitezel, que fue descrito como “la herramienta” de H. H. Holmes y como un hombre ingenuo que confiaba plenamente en la buena voluntad del criminal. En una de sus estafas, Pitezel aceptó hacerse pasar por muerto para que su esposa pudiera cobrar un seguro de vida; sin embargo, éste llevó bajo engaños a esta y a los tres hijos de la pareja a la frontera con Canadá, lugar donde mató a los menores.
Fue el detective Frank Geyer quien encontró los cuerpos de dos hijas de Pitzel en una casa de Toronto. Esto, aunado al hecho de que días antes Holmes había comprado los medicamentos que fueron encontrados en los cuerpos de las víctimas, y a que se encontraron fragmentos de huesos de los otros hijos de Pitzel, confirmó que había sido Webster el responsable de esas muertes.
Arresto y ejecución
Herman Webster Mudgett fue arrestado el 17 de noviembre de 1894 y en 1895 fue sometido a juicio por el asesinato de Benjamin Pitezel, por el que fue sentenciado a la pena de muerte. En ese mismo año, Webster confesó haber matado a 27 personas en los alrededores de Chicago, Indianápolis y Toronto.
El 7 de mayo de 1896, Herman Webster Mudgett murió ahorcado en la prisión de Moyamensing, en un proceso que tomó más de 15 minutos. Antes de su muerte, el homicida solicitó ser enterrado a más de 10 pies de profundidad, para evitar que alguien se robara su cadáver y lo utilizara con fines científicos.