Traición en el Cártel de Sinaloa: El plan de El Chapo

Hace aproximadamente un año, Joaquín «el Chapo» Guzmán envió una carta a su hijo Joaquín Guzmán López a través de sus abogados.

La misiva contenía una orden inusual: “Tú ya sabes quiénes son los objetivos. Ya sabes qué hay que hacer” reseñó Proceso

La instrucción era clara: secuestrar a Ismael «el Mayo» Zambada y entregarlo a las autoridades estadounidenses.

El objetivo era negociar beneficios para él y para Ovidio Guzmán López, otro de sus hijos.

Joaquín Guzmán López, el hijo con menos cargos y clave en el plan de El Chapo

De sus descendientes, Joaquín Guzmán López es quien enfrenta menos cargos en Estados Unidos.

Según las fuentes, el plan era que Joaquín entregara a Zambada para reducir su tiempo en prisión.

Así, el Chapo buscaba que Joaquín se entregara a cambio de liberar a Ovidio y obtener beneficios en sus sentencias.

Pero para lograrlo, Joaquín debía entregar a alguien de gran valor para las autoridades estadounidenses.

Ismael «el Mayo» Zambada, viejo socio y compadre, era el candidato perfecto.

A través de la carta, el Chapo ordenó a su hijo contactar a agencias estadounidenses y preparar la traición reseñó Proceso

La trampa contra el Mayo fue ideada por el Chapo y ejecutada por la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI).

Según un agente de HSI, Joaquín Guzmán López fue quien se acercó a ellos con el plan.

El plan incluía garantías de seguridad y la posibilidad de beneficios para él y su hermano Ovidio.

Aunque desconocen si esos beneficios se otorgaron, la HSI cumplió con lo prometido: un operativo limpio.

La HSI coordinó el piloto, la aeronave y los permisos necesarios para la entrega.

«Son aviones encubiertos, su registro es indetectable,» explica Óscar Hagelsieb, exlíder de la HSI en Ciudad Juárez.

Hagelsieb señala que aunque la agencia no promete beneficios, estos se negocian con los abogados.

En el intrincado juego de lealtades, el Chapo apostó por traicionar a su compadre para proteger a su familia.