Madre de Ricky Pearsall: «La bala no alcanzó órganos vitales»
- Ricky Pearsall sobrevive intento mortal.
- Madre atribuye supervivencia a Dios.
- Bala no tocó órganos vitales.
Ricky Pearsall, jugador de la NFL, sobrevivió milagrosamente a un intento de robo a mano armada el sábado, según relató su madre.
Erin Pearsall, madre del deportista, asegura que su hijo está vivo «por la gracia de Dios», tras recibir un disparo en el pecho.
En su publicación en Facebook, Erin detalló que la bala atravesó el pecho de Ricky y salió por su espalda, sin tocar órganos vitales.
La madre de Ricky atribuye su supervivencia a una intervención divina, afirmando que sin ella, su hijo no habría sobrevivido el ataque.
Milagrosa supervivencia: Ricky Pearsall escapa de la muerte en intento de robo
El intento de robo ocurrió a plena luz del día, cuando un joven de 17 años intentó robarle el reloj Rolex a Ricky Pearsall.
Según la policía, el incidente se registró alrededor de las 3:30 PM, dejando heridos tanto a Ricky como a su presunto agresor.
La investigación policial reveló que el atacante resultó herido con su propia arma durante una confrontación con Ricky, lo que facilitó su arresto.
Las imágenes captadas en la escena muestran a Ricky caminando hacia la ambulancia, un hecho increíble tras sobrevivir a un disparo en el pecho.
A pesar de la gravedad del ataque, Ricky Pearsall está en camino a una recuperación completa, según las declaraciones de su madre en redes sociales.
Ricky fue seleccionado por los 49ers en el puesto 31 del Draft de la NFL de este año tras una destacada temporada universitaria.
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Recientemente, Pearsall había estado fuera de juego debido a una lesión en el hombro, lo que agrega otra capa a su ya desafiante situación.
El impactante suceso ha conmocionado a la comunidad deportiva y a sus seguidores, que siguen de cerca la recuperación del talentoso jugador.
Erin Pearsall ha expresado su profunda gratitud por el «milagro» que salvó la vida de su hijo en un momento tan crítico.
El agresor, identificado como un joven de 17 años, permanece bajo custodia mientras se desarrollan las investigaciones correspondientes por la policía local.
La familia de Ricky se aferra a su fe, agradeciendo el apoyo recibido de amigos, fanáticos y miembros de la comunidad tras el incidente.
Este evento subraya la fragilidad de la vida y la importancia de la fe para muchos, especialmente en tiempos de prueba y adversidad.
Mientras Ricky Pearsall continúa su recuperación, su familia sigue confiando en que podrá regresar a los campos de juego pronto y más fuerte que nunca.