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Richard Francis Cottingham, El asesino del torso-Crímenes de terror

A la lista de asesinos en serie de la década de los 70s y 80s se une Richard Francis Cottingham, un criminal al que se le atribuyen al (...)
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A la lista de asesinos en serie de la década de los 70s y 80s se une Richard Francis Cottingham, un criminal al que se le atribuyen al menos 11 muertes de mujeres y niñas entre los años 1967 y 1980. La mayor parte de sus víctimas habitaban en Nueva York y Nueva Jersey.

Richard Francis Cottingham es conocido también como The New York Ripper o The Torso Killer (El Asesino del Torso), y aunque fue sentenciado por la muerte de 8 personas, sus confesiones son aún más escalofriantes: de acuerdo con su propio testimonio, Cottingham cometió hasta 100 asesinatos.

Richard Francis Cottingham: los primeros años de vida

Un asesino con un cuchillo dentro de una casa
Shutterstock

Richard Francis Cottingham nació el 25 de noviembre de 1946 en Mott Haven, Nueva York, pero se mudó a Nueva Jersey, donde estudió la preparatoria y adquirió experiencia para solicitar un puesto en una compañía de seguros, donde trabajó como operador de computación. Más tarde, utilizó su experiencia laboral para acceder a un puesto en la Blue Cross Blue Shield Association, donde trabajó hasta el día de su arresto, en 1980.

Un dato interesante es que Cottingham se cruzó en el camino con otro asesino serial; se trató de Rodney Alcalá, conocido como “The Dating Game Killer”; hasta el día de hoy, ninguno de los dos criminales ha confesado haber entablado una relación o contacto entre ambos.

Asesinatos de Richard Francis Cottingham

La sombra de una mujer antes de ser atacada por un asesino
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Se cree que el primer asesinato cometido por Richard Francis Cottingham ocurrió cuando este era apenas un joven de 21 años. Cometió su segundo homicidio el 28 de octubre de 1967, cuando estranguló a una joven de 29 años; este último caso se mantuvo cerrado por varios años hasta que Cottingham confesó ser el responsable, en 2010.

En 2014, el asesino en serie confesó de manera privada al detective Robert Anzilotti tres asesinatos más: el de Jackie Herp, el 13 de julio de 1968; el de Irene Blase, el 7 de abril de 1969; y el de Denise Falasca, el 14 de julio de 1969. Sus confesiones continuaron, y el homicida fue arrestado el 22 de mayo de 1980.

Arrestos

Las manos de un asesino con esposas
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En su vida delictiva, Richard Francis fue arrestado en varias ocasiones, pero nunca levantó sospechas de ser un asesino en serie. Entre los delitos menores de Cottingham se encontraron: conducir bajo las influencias del alcohol, robo y agresión sexual.

Al mismo tiempo que la policía detenía a Richard Francis Cottingham y lo liberaba bajo fianza, este continuaba una vida aparentemente normal con su familia y realizando su trabajo como operador de computadoras. Fue detenido, finalmente, en 1980, cuando los empleados de un motel escucharon los gritos de auxilio de Leslie Ann O’Dell, una trabajadora sexual que había aceptado mantener relaciones sexuales con el homicida.

Modus Operandi de Richard Francis Cottingham

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Cottingham pasará a la historia por ser uno de los asesinos más sangrientos; en sus confesiones, aseguró haber seguido un método en el que primero acechaba a sus víctimas para después atacarlas, golpearlas, violarlas y estrangularlas, dejando sus cuerpos abandonados.

El modus operandi de Richard Francis Cottingham fue el secuestro, la agresión física, la tortura y el estrangulamiento; al menos en dos casos, decapitó a sus víctimas y les cortó los brazos, para prender fuego a sus torsos, que aún se encontraban sobre una cama.

Juicio y sentencia

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Por casi 20 años, El Asesino del Torso negó haber cometido todos los crímenes que se le imputaban y no fue sino hasta 2009 que finalmente confesó ser culpable; sin embargo, debido a que la mayoría de sus crímenes ocurrió previo a la recabación de pruebas ADN, los investigadores únicamente encontraron evidencia de su culpabilidad en una ocasión.

Con el testimonio de las sobrevivientes de sus ataques, las autoridades pudieron identificar un patrón en sus ataques y sentenciarlo a una condena de 173 a 197 años en prisión. Actualmente se encuentra en la prisión estatal de Nueva Jersey, donde continúa confesando nuevos crímenes.

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