10 razones para utilizar psicología inversa con tu hijo.
Si eres uno de los muchos padres que pasan unos 20 minutos negociando con vehemencia con su retoño de tres años de edad, puedes estar seguro que no estás solo. Te estamos hablando a ti, mamá que ruega a su pequeño que se baje de los columpios. Y que intenta, en la mesa, convencer desesperadamente a su hijo de que los frijoles verdes son deliciosos. Si lo has probado todo y nada funciona, entonces tal vez es hora de considerar la idea de utilizar psicología inversa en los niños. En su esencia, usando psicología inversa estás alentando a los niños a hacer una cosa, cuando secretamente esperas que hagan exactamente lo contrario.
Genial. Pero, ¿por qué funciona? Según el doctor Michael V. Pantalon, «funciona porque a ninguno de nosotros nos gusta que nos digan qué hacer, tanto así, que, a menudo, hacemos lo contrario de lo que quieren que hagamos simplemente para restablecer nuestra libertad». No estamos diciendo que usar la psicología inversa en los niños sirva para cada situación. Pero cuando se utiliza inteligentemente y con moderación, puede ser una herramienta eficaz. Aquí hay 10 razones por las que nunca debes utilizar la psicología inversa en niños. Es broma. ¿Ves cómo lo hicimos?
1. Tus hijos toman bien tus directrices
Los niños son muy impresionables. Tal vez no siempre parece que están escuchando pero podemos prometerte que escuchan todo. Especialmente las cosas que desearías que no escucharan. Sólo porque no hacen lo que pides no significa que no entienden lo que quieres. Si piensas que tus hijos te entienden y que sólo están eligiendo ser tercos, la psicología inversa podría ser un buen método de disciplina. Considéralo como una manera inteligente de conseguir que sigan tu consejo.
2. A tu hijo le gusta tener una opción
Desde el momento en que se dan cuenta de que tienen algún tipo de control, a los niños les gusta tomar sus propias decisiones. Los psicólogos dicen que la autonomía es un motivador poderoso. Nosotros lo llamamos molestia. Típicamente comienza cuando los niños empiezan a comer, que es un proceso gloriosamente desordenado y frustrante para todos los involucrados. De pronto, tu hijo se niega a tocar nada verde. Pero si les das una elección entre guisantes o zanahorias, podrá elegir uno. Y dándoles esa independencia, estás poniendo el poder en sus manos. Sin embargo, como tú proporcionas las opciones, estás a cargo. ¿Quién es una mami astuta?
3. En el fondo quieren hacerte feliz
Sí, tus hijos pelearán cada opinión y sugerencia, especialmente durante los años de la temida fase adolescente, es la naturaleza. Pero, en el fondo, también quieren hacerte feliz y probablemente saben que tienes razón. Lamentablemente, la pubertad y los terribles dos años no les permiten estar de acuerdo contigo, así que pelean, discuten y negocian. Si puedes dar a tus hijos un poco de empuje para guiarlos en la dirección correcta (irónicamente en la dirección equivocada y suponiendo que irán en contra de tus deseos), todos ganan.
4. Quieren ser desafiantes
La psicología inversa en niños trabaja particularmente bien en aquellos que aman ir en contra de los deseos de sus padres o que no cooperan. Intenta lidiar con su rebeldía recomendando dos opciones y entonces refuerza la que prefieres no hacer. No estamos diciendo que es una cosa segura, pero estamos dispuestos a apostar que vas a estar escondiendo tu sonrisa de éxito cuando no te estén mirando.
5. A tu hijo les pone nervioso probar cosas nuevas
Tus hijos pueden resistirse cuando sugieres intentar algo nuevo, ya sea una comida, una actividad o hacer nuevos amigos. Pero considera si están luchando para ser difíciles, o están nerviosos. Tal vez todo lo que realmente necesitan es tu apoyo junto con una forma inteligente de incentivarlos en la dirección correcta. Pero ten cuidado, es importante que escuches a tus hijos en caso de que realmente tengan miedos o problemas que necesiten dirección.
6. Son competitivos
Usar psicología inversa es una gran manera de convertir una actividad no deseada en un concurso. Si tus hijos no quieren ordenar sus juguetes, conviértelo en un juego y luego les retas a ver quien gana.
7. Les gusta ganar premios
Si tu hijo responde bien al refuerzo positivo, entonces puedes ayudar a guiar sus acciones ofreciendo premios para tomar buenas decisiones. En primer lugar, ofrécele algunas opciones para que sienta que está tomando la decisión. Luego premia su buena decisión (y ya que sus opciones son elegidas por ti, básicamente va a obtener una recompensa de cualquier manera). Ahora, no estamos sugiriendo que se recurra al soborno, pero si parece un soborno y huele como un soborno… no juzgamos.
8. Tu hijo no necesita que lo convenzan todo el tiempo
Como cualquier táctica para tratar con los niños, si lo usas mucho, te desenmascaran.Son más inteligentes de lo que crees. Y cuando descubran nuestro juego, todos estamos en problemas. Así que usa la psicología inversa en los niños con moderación y de vez en cuando deja que tus hijos ganen. Recuerde que está bien si cometen algunos errores por su propia cuenta. Así es como aprenden.
9. No sobreanalices
La psicología inversa no funciona muy bien en los niños que piensan demasiado las cosas. Puesto que el niño tiene que creer en tus intenciones, si analiza tu motivación, podría darse cuenta.
10. Están interesados, pero falta un empujoncito
Llámalo instinto o como quieras pero, a veces, un padre sabe que sus niños necesitan un pequeño empujón en la dirección correcta. Mientras gritan «¡NO! No quiero!», tú escuchas:»Quiero probar pero me da miedo». Asumiendo que tienes razón y realmente conoces el funcionamiento interno de tu hijo, entonces usar psicología inversa puede ser una gran manera de influir en sus decisiones y ayudarle a poner sus acciones en marcha.