Presidente de Siria en Rusia según medios estatales

Presidente sirio huye a Moscú tras revuelta.
Avance rebelde derroca 50 años de gobierno Assad.
Celebraciones y caos toman las calles de Damasco.

El depuesto presidente de Siria, Bashar al-Assad, ha huido a Moscú junto a su familia, según medios rusos.

Esto ocurrió luego de que un inesperado avance rebelde tomara Damasco, marcando el fin de cinco décadas de gobierno de la familia Assad.

La noticia fue difundida por las agencias rusas Tass y RIA, que citaron fuentes no identificadas del Kremlin.

The Associated Press no pudo verificar de inmediato los informes, pero contactó al Kremlin para obtener comentarios.

CELEBRAN TRAS CAÍDA DEL GOBIERNO

Bashar al-Assad, rebelión Siria, huida a Moscú, MundoNOW — Presidente de Siria en Rusia FOTO AP

Según RIA, Moscú habría recibido garantías de los insurgentes sobre la seguridad de bases y representaciones diplomáticas rusas en Siria.

El sorprendente avance rebelde, iniciado el 27 de noviembre, ha provocado escenas de celebración en Damasco, con multitudes en plazas ondeando la bandera revolucionaria.

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Otros saquearon eufóricos el palacio presidencial y ministerios clave tras la desaparición de Assad y altos funcionarios de su gobierno.

Entre los líderes insurgentes destaca Abu Mohammed al-Golani, quien rompió lazos con Al-Qaeda y ahora encabeza la mayor facción rebelde.

Al-Golani, en su primera aparición pública desde la caída de Assad, visitó la Gran Mezquita de los Omeyas y proclamó la victoria como «un triunfo para la nación islámica».

Mientras tanto, los rebeldes enfrentan el enorme desafío de sanar divisiones en un país devastado por casi 14 años de guerra civil.

Distintas facciones aún luchan en el norte y el grupo Estado Islámico sigue activo en zonas remotas.

Rusia, principal aliada de Assad, ha convocado una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU para discutir la situación.

Dmitry Polyansky, representante adjunto de Rusia ante la ONU, confirmó la solicitud en Telegram.

En contraste, las calles de Damasco muestran una mezcla de esperanza y caos. Videos muestran a rebeldes abriendo prisiones y liberando a detenidos, mientras civiles saquean edificios gubernamentales.

Grupos minoritarios han manifestado temores sobre posibles represalias, aunque líderes insurgentes han prometido respetar todas las sectas y etnias del país.

El fin del gobierno de Assad representa un duro golpe para aliados como Irán y Hezbollah, que lo apoyaron durante años. Rusia, por su parte, asegura que sigue trabajando por una «transición política ordenada».