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Las 5 peores comidas congeladas que debes evitar comprar

Aquí te presentamos las peores comidas congeladas que no debes consumir. Te sorprenderás de algunas que ocupan un lugar en esta (...)
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¡Conoce cuáles son las peores comidas congeladas que hay en las tiendas! Sí, puede parecer tentador, e incluso necesario, comprar una comida que únicamente requiera algunos minutos en el microondas para estar lista, pero ¿es esto la mejor opción? De acuerdo con algunas personas, no siempre.

A continuación, te compartimos algunas de las comidas congeladas que suelen encontrarse con más frecuencia en los supermercados y que, según los consumidores más expertos, deberías evitar, ya sea por su sabor, precio, consistencia o ingredientes: ¡Descubre cuáles son!

5. Corn Dogs

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El corn dog es uno de los alimentos con más demanda en Estados Unidos, y su popularidad ha ido en aumento en los últimos años; por esto, es común encontrarlo en su versión congelada prácticamente en cualquier establecimiento, pero no siempre es la mejor opción debido a su alto contenido de azúcares y carbohidratos.

Los corn dogs son muy populares en fiestas y ferias, pero no se recomienda su consumo habitual, ya que están elaborados con carne altamente procesada y carece de las propiedades necesarias para ser considerada un alimento nutritivo. Quizá por eso, los expertos en nutrición aconsejan limitar su consumo a una vez por semana.

4. La pizza es de las peores comidas congeladas

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¿Estás pensando en comprar una pizza congelada? ¡Esta es una de las peores opciones de comida congelada! Además de que su sabor puede verse afectado por el uso de conservadores, esta comida es una de las menos recomendadas por chefs y expertos en alimentación saludable.

Las pizzas congeladas suelen ser una opción rápida si tienes mucho antojo, pero no son tan saludables para el organismo, ya que, a pesar de que existen marcas que manejan versiones más saludables, prácticamente todas las pizzas utilizan grandes cantidades de queso o de carnes procesadas que aumentan considerablemente tus niveles de sodio y colesterol.

3. Burritos

Una foto de un burrito que vino en empaque de comida congelada
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Cuando tienes antojo de un burrito, lo más recomendable es buscar una opción fresca y, de preferencia, recién hecha. La sección de burritos en el pasillo de alimentos congelados podrá estar llena de atractivas variedades, pero quizá quieras pensarlo dos veces antes, ya que hay marcas que destacan por preparar burritos con un alto contenido de grasas y sodio.

Evita comprar burritos que estén promocionados con un tamaño “XL”, ya que estos contienen más conservadores, carbohidratos, grasas y sodio. Lo mejor es optar por una versión saludable que contenga vegetales y cuyo tamaño sea chico o mediano; así, nutrirás a tu cuerpo sin sacrificar el sabor que más se te antoja.

2. Los boneless no son una buena opción de comida congelada

Boneless que vinieron en presentación de comida congelada
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La buena noticia: nutricionalmente, no hay una diferencia significativa entre los nutrientes del pollo congelado y de la carne fresca; ¿la mala? El primero podría perder su textura y distintivo sabor después de un tiempo, por lo que quizá no sea la mejor opción para tu alacena.

Al igual que las papas fritas, la carne de pollo congelada tiene niveles elevados de sales, azúcares y aceites añadidos; por eso, se aconseja limitar su consumo y elegir marcas cuya información nutrimental esté completamente desglosada; así, sabrás cuál es la mejor marca para ti.

1. Panes y postres

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Cuando te ganan las prisas por la mañana o tienes antojo de un postre por las tardes, trata de evitar a toda costa los panes y postres congelados. Más allá de que se trata de un alimento elevado en azúcares y carbohidratos, se ha comprobado que, en realidad, esta es una de las peores comidas congeladas debido a su nulo valor nutricional.

El jarabe de alta fructosa y las harinas refinadas utilizadas para su preparación, aunado a los químicos empleados para su conservación, afectan negativamente el nivel de lípidos en la sangre al consumirse de forma habitual; lo mejor es reemplazarlos con una pieza de fruta o con un producto similar hornado con ingredientes de calidad.

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