Los Chapitos: Los nuevos rostros del crimen organizado

Publicado el 21/02/2024 a las 20:13
- Captura y liberación de Ovidio.
- «Culiacánazo» desafía al Estado.
- Estrategias del Cártel de Sinaloa
En un soleado día de octubre del año 2019, la ciudad de Culiacán, capital de Sinaloa, se vio sacudida.
Este acontecimiento dejó al descubierto la implacable presencia del narcotráfico en México.
A las afueras de la zona conocida como Tres Ríos, una modesta casa se convertiría en el epicentro de una lucha de poder entre el Estado y los grupos criminales.
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Era el 17 de octubre, poco después de las 15:00 horas, cuando una veintena de soldados tomó posición en uno de los barrios más exclusivos de Culiacán.
Su objetivo: Ovidio Guzmán López, uno de los hijos del famoso narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán.
El operativo, presentado como una acción de inteligencia, tenía como fin capturar al joven Guzmán.
El Culiacán Paso: Un Golpe al Estado

La detención de Ovidio Guzmán desencadenó una serie de eventos que quedarían grabados en la historia.
El cártel de Sinaloa, al que pertenecía la familia Guzmán, no estaba dispuesto a ceder.
En una respuesta sin precedentes, los criminales tomaron las calles de Culiacán. Bloquearon carreteras, incendiaron vehículos y sembraron el caos.
La ciudad se convirtió en un campo de batalla.
La Inquebrantable Fuerza del Narcotráfico

Lo que siguió fue un enfrentamiento directo entre el Estado y los sicarios del cártel.
Las fuerzas de seguridad se vieron superadas, y la liberación de Ovidio Guzmán se convirtió en una realidad.
El mensaje era claro: el poder del narcotráfico no podía ser subestimado.
Los grupos criminales habían demostrado su capacidad para doblegar al Estado, incluso en su propio territorio.
El Legado de Culiacán

El episodio de Culiacán dejó una marca imborrable en la memoria colectiva.
La pregunta persiste: ¿cómo es posible que una organización criminal lograra paralizar una ciudad y obligar al gobierno a ceder?
La respuesta está en la red de complicidades, la corrupción y la influencia que los cárteles han tejido a lo largo de décadas.
Culiacán se convirtió en un símbolo de la lucha contra el narcotráfico, pero también en un recordatorio de su inquebrantable poder.
La Operación y la Identificación de Ovidio Guzmán

El caso de Ovidio Guzmán no es solo una anécdota.
Es una ventana a la complejidad del problema que enfrenta México.
La guerra contra el narcotráfico sigue siendo una batalla sin tregua, donde las vidas de ciudadanos inocentes quedan atrapadas en el fuego cruzado.
Culiacán, con su belleza y su tragedia, nos recuerda que la lucha está lejos de terminar.

