Muere Juana Bacallao, icono de la cultura cubana
- Fallece importante figura cubana
- Un repaso por toda sus historia
- No siempre se dedicó al espectáculo
El sábado, el Ministerio de Cultura de la isla informó sobre el fallecimiento de Juana Bacallao, la diva y cantante noventañera.
Hasta hace poco, continuaba actuando y ofreciendo presentaciones en escenarios cubanos. Con 98 años, su energía y talento cautivaron a audiencias durante décadas.
Su legado perdurará en la memoria de aquellos que disfrutaron de su arte. Bacallao dejó una huella imborrable en la cultura cubana, siendo un símbolo de pasión y dedicación.
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Con su picaresca, gestualidad exuberante, comentarios humorísticos improvisados y atuendos llamativos, a menudo complementados con pelucas doradas o de colores brillantes.
Bacallao fue considerada una «show woman», que hizo historia en Cuba sobre todo en los cabarets.
Un comunicado del Ministerio de Cultura reportó el deceso de la artista, quien había permanecido varios días ingresada en un hospital capitalino.
«Nunca me jubilaré. Sólo pararé cuando la muerte me alcance», dijo la artista a The Associated Press durante una entrevista en su casa en La Habana en 2010.
Los inicios de la cantante
Neris Amelia Martínez Salazar, alias Juana Bacallao, nació el 26 de mayo de 1925 y fue huérfana desde temprana edad, criada en un internado católico de monjas.
Su vida tomó un giro inesperado cuando, siendo aún una joven empleada doméstica, el director musical y compositor Obdulio Morales la descubrió cantando por casualidad.
Impresionado por su talento, le hizo una prueba y la llevó a debutar con su guaracha «Yo soy Juana Bacallao».
Desde entonces, adoptó ese nombre artístico, con el cual se hizo famosa en la escena musical cubana.
Dio todo su potencial
A lo largo de los años, Juana Bacallao perseveró en su promesa de compartir su arte con nuevas generaciones.
En 2017, se unió a grabaciones de temas como «Bailando con Juana», colaborando con el joven cantante local Papushi, cuya música estaba ganando popularidad en las radios locales.
Este último esfuerzo no solo demostró su compromiso continuo con la música, sino también su disposición para colaborar con talentos emergentes.
El legado de Bacallao perdurará, dejando una huella imborrable en la historia musical de Cuba, recordada y apreciada por las generaciones futuras.
Fue una gran artista
Bacallao, una figura prominente en los principales cabarets de la Cuba de los 40 y 50, incluyendo el reconocido Tropicana, el Riviera y el Parisien.
Cautivó al público con comentarios atrevidos, a veces subidos de tono, y una voz ronca que nunca se preocupó por afinar.
Sin embargo, a pesar de su popularidad, le negaban el acceso a espacios más elitistas como el teatro o más masivos como la televisión.
Su formación autodidacta en música abarcaba piano y tumbadoras. Ante los periodistas, destacaba con respuestas rápidas y picarescas, marcando la cultura cubana.
No quería revelar su edad
Durante una entrevista en 2010, «Juana la Cubana», como también se la conocía, desafió las expectativas, según The Associated Press.
Declaró: «No tengo edad», negándose a revelar cuántos años tenía mientras exhibía sus piernas enfundadas en medias largas, alzando su vestido hasta los muslos.
Su misterio añadía un aura intrigante a su personalidad. En la misma época, compartió escenario con luminarias como Nat King Cole, Rosita Fornés, Ninon Sevilla y Bola de Nieve.
A lo largo de los años, llevó su arte a diversos rincones del mundo, presentándose en escenarios de Estados Unidos, Francia, México y España.
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