Mitos y Leyendas: La leyenda de la prueba de valor

- Mitos y Leyendas comparte una leyenda de una la prueba de valor
- Se trata de una tribu en la que dos hermanos cumplen una prueba para convertirse en guerreros
- Ambos son enviados, pero solo uno regresó con la prueba del éxito de este rito
Genny de Bernardo comparte una leyenda acerca de de una tribu que prueba a sus jóvenes para demostrar que ya pueden ser tratados como hombres.
Hace mucho tiempo, en una tribu, había dos hermanos completamente opuestos en forma de ser. El mayor era temerario, valeroso, con fuerza de voluntad que desafiaba cualquier reto.
El menor era lo opuesto. Tranquilo, sereno, enfocado a otro tipo de tareas. Pasaba tiempo con su madre y también disfrutaba de paseos en los alrededores.
Cuando cumplían cierta edad les era encomendada una prueba para que la tribu los considerara hombres y dejaran de ser tratados como niños, algo que era considerado de importancia en la sociedad.
La prueba de valor de la tribu

La prueba era simple pero también requería destreza. Debían ir en búsqueda de un águila y regresar con plumas de ella.
Muchos regresaban bastante heridos debido a esta prueba, pues el animal, con sus garras, era capaz de cortar la piel fácilmente.
Los hermanos se fueron para cumplir dicha tarea. Se adentraron en la majestuosidad de la naturaleza para ir por las plumas de este animal.
El tiempo límite para cumplir la prueba era 4 lunas, de otro modo, se consideraba que fracasaban en la tarea, incluso si regresaban con plumas.
Estrategias de los hermanos para hacerse de las plumas

Los hermanos partieron para el bosque. El primero fue a paso apresurado, mientras que el menor, a paso lento. Cuando llegaron a un área determinada, ambos s enfocaron en diferentes actividades.
El mayor exploró los alrededores en busca de ramas para prender fuego y también para crear un arco y flechas necesarias para la caza.
El mejor también busco ramas, pero para construir un refugio el cual le serviría para descansar. También busco alimentos,
Cuando ambos se habían establecido en el terreno y habían terminado estos primeros pasos, tomaron rutas diferentes para la búsqueda del animal.
Un águila aparece

Pasó algún tiempo antes de que uno de estos animales apareciera. El mayor, mientras esto ocurría, pensó en una estrategia para cazar el águila.
Cazó un conejo y lo utilizó como trampa para que, cuando el ave lo quisiera agarrar, él podría entrar en acción para hacerse de sus plumas.
El tiempo pasó y una apareció. Era enorme y se había dado cuenta del señuelo. Hambrienta, descendió por el alimento que el hermano mayor cazó.
En ese momento el joven intentó sorprender al águila, pero esta se dio cuenta de esto.
El hermano es herido por el ave

El águila ya se había percatado de las intenciones del joven y no permitiría que la lastimara.
El muchacho trató de sujetar con los dientes las plumas del águila mientras que con las manos les sujetaba las garras poderosas de este animal.
Esto no salió como él esperaba y tuvo que salir herido. Se escondió entre dos grietas. Herido en términos de cuerpo y orgullo, cuando el águila regresó para atacarle, pudo pelear contra ella.
Cuando la tuvo cerca, le perforó el ala, le piso el cuello y le arrancó las plumas necesarias para cumplir la prueba de valor de su tribu. «¡Esto es para que aprendas!», exclamó.
El hermano menor y el águila

El menor observó todo lo que su hermano había hecho para hacerse de las plumas de águila.
Se acercó luego del encuentro que estos dos guerreros habían tenido. Quería ver si el águila aún estaba con vida. Para la buena fortuna, el animal aún estaba con vida.
El hermano se dispuso a cuidar al animal para que se recuperara, pero el ave estaba asustada y atacaba a éste. No obstante, el hermano no se rindió en su misión de ayudarla.
Cuando intentó vendar sus heridas, el ave se alteraba. Finalmente, pudo lograrlo. El animal picaba al joven, pero este no dejaba de querer darle de comer. Poco a poco, se fue ganando la confianza de este ser.
El joven regresa de la prueba de valor sin plumas

El muchacho dedicó todo el tiempo de las lunas que le quedaban para sanar al águila, el cual pudo recuperarse por completo, pero aún no había volado de nuevo. El joven quería observar que esta volara para poder estar tranquilo.
«Es hora de que vueles» le dijo. Le llevó a un especie de precipicio y hay, soltó al ave. Esta cayó… pero luego levantó vuelo impresionantemente alto. ¡Hasta pronto, amiga mía! Posteriormente, el joven regresó a su aldea.
Cuando llegó, los ancianos se reunieron para discutir la situación. Su hermano hacía días que ya había llegado. «¿Dónde están tus plumas de águila?» le preguntaron. Este no respondió, pero, de pronto, se escuchó el sonido de un águila.
Él sabía que se trataba de su amiga. Puso una manta en su brazo derecho. El ave se colocó en él. Ahora el joven dijo. Aquí están mis plumas de águila. Lo reconocieron como guerrero, y demostró que existen diferentes tipos de valor y formas de probar esto. Genny de Bernardo se despide por el momento y te agradece tu apoyo.


