Julissa Díaz, expolicía, es condenada por robo y tráfico de cocaína (FOTOS)
- Julissa Díaz, expolicía de Houston, fue sentenciada a 7 años de cárcel por robo de cocaína a los detenidos
- Díaz le pasaba la cocaína robada a su esposo Ricardo Díaz, quien revendía la cocaína.
- La mujer fue investigada y detenida por agentes de la DEA que montaron una operación encubierta
La expolicía Julissa Díaz, de 41 años, fue sentenciada a siete años y siete meses de cárcel en una prisión federal por robo de cocaína. Díaz cometió el delito cuando estaba en servicio como agente del Departamento de Policía de Houston (HPD, por sus siglas en inglés), en Texas, para dárselas a su esposo, un confeso vendedor de drogas en la ‘ciudad espacial’.
Julissa Díaz escuchó su sentencia el miércoles 24 de marzo del 2021 por parte del juez federal Gray Miller en Houston, quien la encontró culpable del cargo de conspiración de narcotráfico luego de más de tres años de juicio, tras una investigación conjunta de agentes federales encubiertos en colaboración con el HPD. La mujer pasó de policía modelo a delincuente.
Julissa Díaz: De policía ejemplar a delincuente
Los documentos del caso, consultados por MundoHispánico en Houston, revelan una intrincada operación en la cual Julissa Díaz hacía arrestos a vendedores de droga en el sur y el sureste del área metropolitana, se quedaba con parte de la droga que dejaba en el carro del detenido, luego llamaba a una grúa que siempre era conducida por el mismo cómplice.
Al llevar el carro al corralón, el conductor de la grúa se detenía en un lugar ya determinado previamente para que el esposo de la mujer se quedara con la mayoría de la droga incautada. El caso parece argumento de película. Sin embargo, cada uno de los detalles de la intrincada trama están en las cientos de páginas de la investigación.
La historia de un arresto
En la noche del jueves ocho de noviembre del 2017 la patrullera Julissa Díaz del HPD, asignada a cubrir el sur de Houston, detuvo a un hombre por una presunta falta de tráfico. No fue un arresto al azar. Díaz sabía por su esposo Ricardo Díaz, de 46 años, que el hombre que acababa de detener era un vendedor de drogas.
Ricardo Díaz sabía que el hombre del carro llevaba un alijo de cocaína porque él mismo era vendedor de drogas en los vecindarios hispanos del sur de Houston, así que conocía a los que eran sus competidores. El hombre le dio a su esposa todos los detalles de su rival en el negocio, el carro que manejaba y la zona por la que se movía.
El conductor de la grúa
La oficial Díaz salió aquella noche a patrullar la ciudad y le dijo a Jesse Holt, un conductor de grúas, que se mantuviera cerca de su zona de vigilancia para que estuviera listo para recoger el carro del vendedor de cocaína. En un momento de la noche, la oficial atisbó el carro que buscaba y le marcó el alto para ponerle una infracción por una falta de tráfico.
Al detener al conductor, de quien no se revelará su nombre en esta historia, la mujer le dijo que le haría una revisión de su vehículo y fue cuando le encontró varias libras de cocaína escondidas en el vehículo. La oficial Julissa Díaz hizo el que pensó un arresto de rutina, tomó parte de la droga, subió al detenido a su patrulla y llamó a Holt con su grúa.
El detenido era en realidad un agente federal
Lo que la oficial Julissa Díaz no sabía era que el hombre que acababa de detener era un agente encubierto de la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) y quien, junto a sus compañeros del HPD, ya la investigaban desde hacía meses a ella, a su esposo Ricardo Díaz y a Jesse Holt, el conductor de la grúa.
Desde hacía meses, los agentes de la DEA sabían por medio de informantes que la agente Julissa Díaz organizaba esos arrestos para quedarse con la droga de los competidores de su esposo, Ricardo Díaz, y le pagaban a Jesse Holt una comisión extra por llevarse los carros de cada arresto.
El esposo de Julissa Díaz mordió el anzuelo
Varios narcotraficantes detenidos por Julissa Díaz hablaron con los agentes de la DEA y les detallaron cómo operaba el robo de cocaína, ya que cuando ella los detenía, los alijos de droga que cargaban nunca llegaban completos a la cárcel. Los agentes federales hablaron con la División de Asuntos Internos del HPD para revelarles lo que hacía la oficial.
Los agentes de la DEA, en acuerdo con el HPD, pusieron a uno de sus oficiales encubiertos en los vecindarios de Houston haciéndose pasar como vendedor de droga para captar la atención de Ricardo Díaz y éste mordió el anzuelo. Todo el arresto que hizo Julissa Díaz del agente encubierto quedó grabado en video por otros policías federales que la vigilaban.
El arresto de rutina de Julissa Díaz
De manera paradójica, la policía Julissa Díaz recibió uno de los galardones en el año 2015, de acuerdo con los registros de la corporación, como Oficial del Mes del HPD por sus numerosos arrestos de vendedores de cocaína y marihuana en los vecindarios en el sur y sureste del área metropolitana de Houston.
Luego de que la policía Julissa Díaz detuvo al hombre, lo llevó a la sede del HPD, procesó el caso, entregó la cocaína como evidencia, le tomaron las fotografías y huellas al detenido, luego lo procesaron de manera normal, bajo el nombre falso que el hombre le dijo a la agente encubierto y ella lo llevó a la cárcel del Condado de Harris.
La DEA le cae a los cómplices de Julissa Díaz
Mientras todo eso pasaba, para que quedara como evidencia, otros agentes de la DEA y del HPD siguieron de cerca a la grúa que manejaba Jesse Holt y quien supuestamente llevaba el vehículo del detenido al corralón. Cuando la grúa de Holt llegó al punto de encuentro con Díaz, los agentes los detuvieron a los dos e incautaron la cocaína.
Julissa Díaz luego de que realizó el arresto del agente de la DEA encubierto volvió a las calles a patrullar, sin saber que su esposo y el conductor de la grúa ya estaban detenidos, y recorrió la ciudad de manera normal e incluso puso un par de multas más por faltas menores de tráfico.
Julissa Díaz, ¿un caso de violencia doméstica?
La oficial Julissa Díaz volvió a la sede del HPD para rendir su reporte de la jornada nocturna y devolver la patrulla. Cuando realizó los trámites normales y se iba del cuartel, sus compañeros del Equipo de Armas y Tácticas Especiales (SWAT, por sus siglas en inglés), con la presencia de agentes de la DEA, la detuvieron al salir del edificio.
Julissa Díaz fue llevada en la mañana del nueve de noviembre del 2017 a la sede del HPD, justo de donde ella acababa de salir, pero ahora como detenida, por los cargos graves de robo y conspiración con intención de tráfico de cocaína y con cargos federales acusada por la DEA. Luego fue llevada a la cárcel del Condado de Harris para ser procesada.
El argumento de la violencia doméstica
Desde entonces, hasta el miércoles 24 de marzo del 2021 en que fue sentenciada, la oficial Julissa Díaz del HPD enfrentó su proceso penal. Debido a que fue declarada culpable, la mujer fue despedida oficialmente de la corporación y se le entregaron sus prestaciones económicas y sueldo hasta el día de su arresto, cuando se le suspendió de sus funciones.
En los documentos del caso en contra de la ahora expolicía Julissa Díaz, hay una transcripción de una audiencia del 18 de noviembre del 2019, en la cual la mujer le aseguró al juez federal Gray Miller, como parte de su defensa, que actúo en contra de la ley forzada por la «violencia psicológica» que padecía de su esposo Ricardo Díaz.
El desenlace del caso de Julissa Díaz
Julissa Díaz le aseguró que su matrimonio, no se detalla cuánto tiempo permaneció casada, estuvo «marcado por constantes episodios de violencia doméstica» por parte de Ricardo Díaz y que ella se sintió siempre tan intimidada, que nunca se atrevió a denunciar a su marido como vendedor de drogas por temor. El juez no aceptó su argumento.
Ricardo Díaz, durante el juicio criminal, también abrió un proceso civil para divorciarse de Julissa Díaz y la pareja no está unida legalmente. Ricardo Díaz, en un juicio aparte, fue sentenciado a nueve años de cárcel y el conductor de la grúa Jesse Holt a siete años de cárcel, los dos por conspiración para realizar tráfico de cocaína.
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