Indocumentado Sentenciado por Golpear a su Hijo de 2 Años
- Indocumentado sentenciado por maltrato infantil
- Deportación tras cumplir condena impuesta
- Violencia doméstica genera indignación pública
Francisco Ricardo Sotelo Báez, un migrante indocumentado, fue sentenciado a seis años de prisión por golpear a su hijo de 2 años.
El incidente, ocurrido en San Antonio, Texas, generó gran indignación por las razones que motivaron a Sotelo a cometer el abuso.
Sotelo admitió que golpeaba al niño porque temía que «se hiciera gay» y buscaba «hacerlo más rudo» según las autoridades.
Alegó que su familia lo presionaba al sugerir que su hijo podría volverse homosexual por jugar con muñecas en vez de carritos.
Los programas de rehabilitación mental buscan evitar que Sotelo continúe su ciclo de violencia tras cumplir su sentencia
El juez prohibió a Sotelo tener contacto con sus otros cinco hijos y ordenó participar en programas de rehabilitación de salud mental.
Tras cumplir su condena, será deportado a su país de origen, ya que ingresó de forma irregular a los Estados Unidos.
Además, no podrá reingresar al país, según las autoridades migratorias, como parte de su sentencia por violencia doméstica.
Este no es el primer acto violento de Sotelo, pues en 2018 fue acusado de agredir a la madre de sus hijos.
La cadena Univision informó que en Texas lesionar a un niño con intención de lastimarlo conlleva hasta 10 años de prisión.
La sentencia de Sotelo refleja la gravedad de los delitos cometidos, y la comunidad exige mayor protección para los menores.
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Organizaciones de derechos infantiles han manifestado preocupación por el patrón de violencia en casos como el de Sotelo.
La condena busca enviar un mensaje claro sobre las consecuencias de la violencia doméstica y el maltrato infantil en Estados Unidos.
La noticia ha generado debate sobre la necesidad de educación y prevención para evitar la perpetuación de conductas violentas.
Las autoridades locales han enfatizado la importancia de denunciar cualquier signo de maltrato infantil para proteger a los menores.
El caso de Sotelo Báez es un recordatorio de la urgencia de combatir la violencia en el hogar y garantizar la seguridad de los niños.
La comunidad de San Antonio espera que esta condena inspire a otras víctimas a denunciar y romper el ciclo de violencia.
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