El fenómeno global en que se ha convertido Fortnite ha llevado a este videojuego a ser considerado una de las principales fuentes de entretenimiento del mundo.

Con más de 200 millones de usuarios activos de acuerdo con estimaciones del Daily Mail, el juego se ha convertido en un auténtico caso de estudio, no solamente por los ingresos generados a la productora, Epic Games, desde su lanzamiento en 2017 a pesar de ser gratuito, sino por la capacidad de congregar a niños y adultos de todo el mundo frente a las pantallas.

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Sin embargo, un estudio reciente determinó que Fortnite puede ser tan adictivo como la droga, generando niveles de ansiedad similares a los producidos por esas sustancias en la población infantil, algo que ha despertado preocupación en padres y especialistas de la salud.

De acuerdo con el diario Boston Globe, una investigación del Hospital de Niños de Boston estipuló que la adicción al videojuego está causando problemas físicos y sociales en los niños que lo juegan a diario.

Fortnite, adictivo como la droga

El director de la Clínica para Desórdenes de Internet y Medios Interactivos de ese centro de salud, doctor Michael Rich, señaló que el estudio detectó síntomas similares a los adictos a las drogas en niños cuando no están jugando Fortnite.

El pediatra indicó que los jóvenes, en particular los varones, presentan problemas de ansiedad, falta de apetito e irritabilidad; al igual que falta de descanso suficiente y adecuado, abandono de la escuela y cese de actividades físicas para poder conectarse al juego.

Rich agregó que inclusive pueden desarrollar comportamientos violentos al no estar jugando, y citó el caso de un niño que destruyó el parabrisas del automóvil de sus padres porque pensó que ellos habían bloqueado su computadora.

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En el informe del Boston Globe, otros especialistas ahondan en las razones por las que Fortnite es tan adictivo como la droga.

Ofir Turel, académico de la Unviersidad de California, explicó que el videojuego se desarrolla sobre un mecanismo de recompensa variable, en el que va otorgando premios a los jugadores conforme su progreso.

«Los niños son especialmente vulnerables a este mecanismo porque sus cerebros aún no alcanzan un completo equilibrio. Sus sistemas cerebrales de procesamiento de recompensas están desarrollados pero sus sistemas de autocontrol no, por lo tanto, simplemente no saben cuándo o cómo dejar de jugar», indicó.

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Rich, del Hospital de Niños de Boston, añadió que la clínica que él dirige está definiendo este tipo de problemas como un síndrome de uso problemático de medios interactivos, que abarcaría desde el trastorno por déficit de atención con hiperactividad hasta la ansiedad, la depresión y alteraciones del estado de ánimo.

Epic Games, productora de Fortnite, aún no ha respondido a la publicación del estudio.

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