Ángeles en tu Mundo: La experiencia con el Arcángel Gabriel de Emma Esteban

- Ángeles en tu mundo entrevistó a Emma Esteban, una mujer que tuvo una experiencia con el Arcángel Gabriel.
- Ella relata que en su niñez siempre había sentido un contacto con lo divino.
- También comparte un sueño con el Arcángel Gabriel.
En la entrevista con Geovana Aispuro, Emma Esteban compartió sus experiencias espirituales de una manera apasionada y emotiva.
Emma mencionó que desde que era una niña, siempre había tenido una sensibilidad especial hacia lo espiritual.
A pesar de que no siempre podía expresar o comprender sus experiencias, sabía que algo en su interior la conectaba con lo divino. Esta sensibilidad la había acompañado a lo largo de su vida.
También compartió que su familia tenía una historia de sensibilidad espiritual.
La herencia de la sensibilidad

Mencionó que su bisabuela y tatarabuela tenían reputación de ser curanderas en su pueblo, y que transmitían paz y sanación a través de sus manos.
Esta herencia espiritual en su familia contribuyó a su propia conexión con el mundo espiritual.
Emma explicó que había desarrollado una conexión especial con el Arcángel Miguel, un ser angelical conocido por su protección y guía espiritual.
Durante un momento en su vida, Emma experimentó un calor inusual en su cuerpo, lo que la llevó a preguntarse si podría ser una señal de la presencia del Arcángel Miguel.
La experiencia con el Arcángel Gabriel

En una charla sobre ángeles que escuchaba en ese momento, Emma aprendió que el calor podía ser una confirmación de la presencia del arcángel. En este contexto, su experiencia se volvió aún más significativa.
Compartió cómo, en un día en la cocina mientras cocinaba y escuchaba una charla sobre ángeles, decidió poner a prueba su intuición.
Le habló al Arcángel Miguel en voz alta, pidiéndole que le mostrara una señal tangible de su presencia. Mientras hablaba, experimentó una intensa sensación de calor en su cuerpo, que interpretó como la respuesta del arcángel.
Este evento la llenó de emoción y asombro, confirmándole que estaba acompañada por seres angelicales.
El sueño con el Arcángel Gabriel

Otra experiencia notable que compartió Emma fue un sueño lúcido en el que deseaba conectar con el Arcángel Miguel de manera más profunda.
Ella describió cómo antes de dormirse, se comprometió a soñar con él y sentir su presencia en ese estado de conciencia especial.
Durante este sueño lúcido, Emma relató que comenzó a ver un intenso color azul, que ella asoció con el Arcángel Miguel.
Experimentó este color azul en medio de la oscuridad, lo que la hizo sentir que estaba inmersa en un universo de luz. También describió cómo percibió al arcángel como una figura lejana, pero al mismo tiempo cercana.
Inefable

Aunque le resultaba difícil expresar completamente la experiencia con palabras, Emma transmitió una sensación de asombro y conexión profunda en ese momento.
Ella explicó que, en ese estado, era como si estuviera en un tiempo y espacio distintos, una especie de «sueño lúcido despierto», donde podía interactuar y recibir mensajes del Arcángel Miguel.
Estas experiencias profundas y emocionales con el Arcángel Miguel demostraron la profunda conexión espiritual de Emma y cómo estos encuentros influenciaron su creencia en la presencia constante de ángeles en su vida.
Sus relatos sirvieron como testimonio de cómo las señales y las experiencias personales pueden fortalecer la conexión con lo divino y proporcionar consuelo y orientación en momentos de necesidad.
Las señales de lo divino

Emma y su pareja experimentaron una serie de sincronías relacionadas con ángeles durante sus vacaciones.
Se hospedaron en un lugar llamado «La Posada del Ángel» y, durante su viaje de regreso, se detuvieron en una gasolinera llamada «Del Ángel».
Estas coincidencias fortuitas les llenaron de asombro y gratitud, reforzando su creencia en la presencia de ángeles en sus vidas.
Aconsejó a quienes se sienten solos o desesperados que busquen el silencio, conecten con su corazón y permitan que fluyan sus emociones. Por último, Emma enfatizó a Geovana que, independientemente de si alguien cree o no en los ángeles, pedir ayuda y estar abierto a las señales puede llevar a experiencias profundas y reconfortantes.

