Aseguran que Trump está usando mentiras para ganar las elecciones 2024

• Trump cuestiona la integridad electoral.
• Afirma riesgo de fraude demócrata.
• Prepara impugnaciones si pierde elecciones.

Donald Trump ha pasado meses preparando el terreno para cuestionar los resultados de las elecciones de 2024 en caso de que pierda, repitiendo una estrategia que utilizó hace cuatro años.

En mitin tras mitin, Trump insta a sus seguidores a conseguir una victoria “demasiado grande para ser manipulada” y les asegura que la única forma en que puede perder es si los demócratas cometen fraude electoral.

Durante sus discursos, ha evitado repetidamente comprometerse a aceptar los resultados, independientemente de cuál sea el desenlace, insinuando que un fraude masivo está en marcha.

Apoyado en teorías desacreditadas y afirmaciones sin fundamento, el exmandatario señala que el engaño electoral es una amenaza real y constante en el sistema estadounidense.

Donald Trump usa mentiras para ganar las elecciones

«Lo único que puede detenernos es el engaño. Es lo único que puede detenernos», dijo Trump a sus seguidores en un evento reciente en Arizona.

Estas declaraciones recuerdan a la estrategia que desplegó en 2020, cuando proclamó prematuramente su victoria desde la Casa Blanca y lanzó una serie de demandas y acciones políticas para revertir su derrota frente a Joe Biden.

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Esta campaña culminó con el violento asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021, cuando sus seguidores intentaron interrumpir la certificación del Congreso.

Los demócratas temen que Trump vuelva a emplear la misma táctica en 2024, cuestionando el proceso antes de que se declare al ganador y alentando una narrativa de fraude que debilite la confianza en las instituciones.

El viernes, cuando le preguntaron en Dearborn, Michigan, sobre estas preocupaciones. Trump eludió responder y en su lugar se lanzó en ataques contra la vicepresidenta Kamala Harris.

Desde el inicio de su campaña de 2024, las teorías de fraude electoral han sido un eje central del discurso de Trump. Quien promete tomar represalias contra aquellos que considera sus adversarios.

En esta ocasión, Trump cuenta con el respaldo de una operación de «integridad electoral» más sofisticada que en 2020. Organizada por su equipo de campaña y el Comité Nacional Republicano.

Esta red ha presentado ya más de 130 demandas en diversas jurisdicciones y ha reclutado a un ejército de más de 230,000 voluntarios entrenados para actuar como observadores y trabajadores electorales.

Según sus aliados, esta operación busca asegurar unas elecciones transparentes. Pero sus críticos temen que en realidad contribuya a deslegitimar el proceso electoral si los resultados no favorecen a Trump.

La estrategia de Trump para sembrar dudas en el sistema electoral incluye advertencias febriles sobre el fraude. Acompañadas de planes para desafiar legalmente cualquier resultado adverso.

Además, ha insinuado en varias ocasiones que aquellos que considera responsables del supuesto «fraude» en 2020 serán objeto de represalias si él llega de nuevo al poder, según TheAssociated Press.

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