La mejor dieta para desintoxicar

La comida es una parte fundamental de la cultura latina. Define nuestras raíces, nuestra historia y todo nuestro acervo cultural. Y cuando se trata de nuestra salud, cambiar de hábitos alimenticios es todo un drama para muchas latinas porque tocamos áreas intrínsecamente ligadas a nuestras emociones y psiques. Sin embargo, no necesitas renunciar a los tostones para siempre si deseas estar saludable y en forma. Todo lo que necesitas es desintoxicarte por una semana. Una dieta desintoxicante no es una dieta extrema y radical. Es sólo una buena limpieza que se lleva consigo la tristeza y el letargo, despeja la mente, te devuelve la luminosidad de la piel, evita el insomnio y te revitaliza. Y además ¡te hace perder peso! y, lo mejor de todo, es que esta dieta puede ser deliciosa, sí DE-LI-CIO-SA.
Aunque hay muchas maneras de hacer una dieta desintoxicante, no tienes que renunciar a sabor ni diversión para alimentarte de forma saludable y estar en forma. Una semana de alimentos limpios es perfectamente factible y te devolverá al “buen camino” de la salud. Lo más fácil de recordar es que debes comer sólo fruta, vegetales (crudos o ligeramente saltados, a la plancha o al vapor), granos enteros, crudos o en semillas, y legumbres. Durante el periodo de desintoxicación evita los carbohidratos, los alimentos acidificantes como la carne, los lácteos y las salsas; las comidas procesadas y los azúcares. Evita también combinar demasiados tipos de comida en un solo plato, especialmente si son proteínas o grasas, o fruta con cualquier otra cosa que no sean vegetales.

Cinco consejos para mejorar tu dieta desintoxicante
- Empieza cada mañana con una taza de té de Ginseng o mate para despertar tu sistema poco a poco.
- Camina a paso rápido para activar tu circulación.
- Prueba con el yoga. Practicar yoga regularmente te ayudará a balancear y desintoxicar tu cuerpo más rápida y profundamente.
- Bebe mucha agua pura y sustituye las infusiones de siempre por agua caliente con limón. Haz cuatro o cinco colaciones diarias, porque eso ayuda a acelerar tu metabolismo. (Diseña tus platos utilizando la lista de alimentos purificadores que encontrarás más abajo).
- Si te apetece, lleva un diario de tu dieta, haciendo especial hincapié en cómo te vas sintiendo cada día. A medida que avance la semana, tu cuerpo empezará a mandarte pequeñas señales. Pon mucha atención a lo que te está diciendo.
Al desintoxicarte, puedes sentir pequeños malestares como leves dolores de cabeza, aletargamiento y dolorcillos en el cuerpo. Recuerda, siempre debes consultar con tu médico cualquier problema de salud. Si sufres de tránsito lento, termina la noche con un poco de puré de batata o boniato y miel, que, para mí, funciona mágicamente. Solo tienes que mezclar las batatas o boniatos con un poco de su jugo de cocción y un poco de miel pura o néctar de agave, cardamomo y canela.
Alimentos purificadores para una dieta de desintoxicación

Elige entre los alimentos listados a continuación para elaborar tu semana de “comida limpia”, así conseguirás maximizar los nutrientes y los beneficios.
Fruta: manzanas, albaricoques o damascos, castañas, higos, coco, uvas, plátanos o bananas, naranjas, caquis, nueces, ciruelas, melón.
Vegetales: brócoli, remolacha, apio, coliflor, maíz, lentejas, berenjenas, pepino, lechuga, chirivía, patatas o papas, setas shiitake, espinacas, batatas o boniatos, tomates, calabacines o zapallitos, calabaza o zapallo, calabacita, pimientos.
Proteínas: pescado, tempeh, tofu, pollo y cerdo desgrasado (evita las carnes rojas). Si quieres resultados más drásticos, intenta seguir un régimen vegetariano o vegano durante toda la semana.
Granos y semillas: cebada, semillas de sésamo negro, arroz integral, arroz silvestre, semillas de girasol, granos de soja o edamame.
Condimentos y extras: miel pura, néctar de agave, leche de almendra o de soja, aceite de semillas de sésamo, aceite de oliva extra virgen, aceite de semillas de lino, hierbas frescas, especias relajantes como el cardamomo, coriandro y canela.
Receta de zumo o jugo desintoxicante para el desayuno

Este zumo de vegetales frescos combina el poder limpiador de las remolachas con las propiedades refrescantes y antiinflamatorias de los pepinos, los beneficios alcalinos de la espinaca y los beneficios antioxidantes de las zanahorias. Todos los ingredientes debieran ser frescos y orgánicos, dentro de lo posible. No hace falta añadir azúcar o miel, pero si deseas endulzarlo un poco, añade un poco de miel pura o néctar de agave. (Dos porciones)
- 2 onzas de remolachas frescas (60 grs.)
- 3 tallos de espárrago
- 8 onzas de espinacas (240 grs.)
- 1 pepino pelado
- 3 tallos de apio
- 2 zanahorias
- 1 cucharadita de raíz de jengibre recién rallada (o una pizca de jengibre fresco)
Opcional: un puñado de berro, brotes de alfalfa y perejil. Añade, uno por uno, los ingredientes en una licuadora, pon las zanahorias o el perejil al final para ayudar a que todo se integre perfectamente. Bébelo inmediatamente. (Consejito: los zumos recién hechos pierden sus propiedades nutritivas a los 20 minutos).
Pollo saludable al jengibre

Esta receta es excelente para incluirla en el menú de tu semana sanadora. El jengibre no solo ayuda a la digestión, sino que ayuda a estimular tu “Chi”, o energía, del cuerpo. Sirve el pollo con arroz basmati, integral o silvestre. (Cuatro porciones)
- 3 cucharadas de aceite vegetal.
- 1 pizca de jengibre fresco, pelado y en láminas.
- 2 dientes de ajo, pelados y machacados.
- 1 cebolla mediana, troceada.
- 1 pimiento rojo o verde.
- 1 taza de setas shiitake, sin los cabitos y en láminas.
- 1 libra (500 grs) de pechuga de pollo sin piel cortada en porciones de un bocado.
- 2 cucharadas de salsa de soja (baja en sodio).
- 1 naranja exprimida.
- 1 cucharada de aceite de sésamo.
- 11/2 cucharadita de azúcar morena.
- 11/2 cucharadita de semillas negras tostadas de sésamo.
- Sal marina y pimienta fresca para salpimentar.
- Un poco de albahaca fresca o cilantro picadito para adornar.
Gran comienzo

Pon un wok a fuego moderado/alto con el aceite vegetal y deja que se caliente. Añade el jengibre y el ajo y sáltalos juntos. Añade las cebollas, el pimiento y algún otro vegetal de tu gusto. Una vez que la mezcla aromática está dorada, añade el pollo y sofríe hasta soasar los bordes. Añade la salsa de soja y el zumo de naranja y espolvorea el azúcar morena. Añade el aceite de sésamo. Cocina durante unos cinco minutos o hasta que el pollo esté hecho. Añade las setas. Sazona y sofríe otros dos minutos. Retira el wok del fuego. Espolvorea unas semillas de sésamo sobre el pollo y adorna con tiritas de albahaca. Sírvelo con arroz.


