Deportados de EE. UU. obtienen nueva oportunidad laboral en centros de llamadas

- Deportados de EE. UU. tienen segunda oportunidad en call centers.
- Así lo informa BBC.
- Aquí los detalles.
Alberto Salagán, un hombre de 30 años, fue deportado de EE. UU. en enero, después de haber pasado la mayor parte de su vida en California.
Su historia refleja la dura realidad de muchos deportados que, al ser enviados a un país que no recuerdan, deben reconstruir sus vidas desde cero.
Pero, en lugar de caer en la desesperación, Alberto encontró una segunda oportunidad gracias a un call center en México.
Nacido en Acapulco, Alberto fue llevado a Estados Unidos cuando tenía solo seis meses.
Deportados de EE. UU. tienen segunda oportunidad en call centers
Los expandilleros deportados por EE.UU. que tienen una segunda oportunidad en un centro de llamadas en México https://t.co/sbdCbQE6UT
— El Nacional (@ElNacionalWeb) May 3, 2025
Creció en California y, como muchos jóvenes vulnerables, terminó involucrándose en pandillas.
Fue arrestado en San Diego por actividades relacionadas con pandillas y, tras cumplir su condena, fue deportado justo cuando Donald Trump asumía la presidencia.
Llegó a México sin hogar, sin familia, y con pocos recursos, lo que le dejó un sentimiento de pérdida y confusión.
Afortunadamente, a través de una organización de apoyo a deportados, Alberto conoció EZ Call Center, una empresa en Tijuana que contrataba a personas que hablasen inglés.
El trabajo como agente de ventas telefónicas no era bien remunerado, pero la posibilidad de ganar comisiones y la estabilidad del salario regular le ofrecieron una nueva perspectiva.
Daniel Ruiz y su ejemplo
➡️ Los expandilleros deportados por EE.UU. que tienen una segunda oportunidad en un centro de llamadas en México.
Tras su investidura, el presidente Trump declaró que llevaría a cabo lo que llamó «la mayor deportación en la historia de Estados Unidos». https://t.co/t6lR0soa2p
— LA PRENSA Nicaragua (@laprensa) May 3, 2025
Daniel Ruiz, el propietario de EZ Call Center y también deportado, comprendía perfectamente la situación de Alberto.
Él mismo fue deportado a México por un delito menor relacionado con drogas cuando era joven.
Tras vivir el choque cultural y la desorientación de ser deportado, decidió abrir su propio negocio en Tijuana, contratando a otros deportados como él.
Los agentes del call center trabajan realizando ventas, cobrando deudas o haciendo encuestas para diversas empresas.
Un espacio que ofrece estabilidad y la posibilidad de reconstruir vidas
Aunque el trabajo no es fácil, ofrece estabilidad y un espacio donde los deportados pueden reconstruir su vida sin el estigma de su pasado.
De hecho, algunos como Alberto, que llegaron a México tras haber sido parte de pandillas, se han convertido en los empleados más confiables debido a su disciplina y el deseo de dejar atrás su vida anterior.
El trabajo en estos call centers les proporciona una salida laboral que, de otro modo, sería difícil de encontrar en una ciudad donde el desempleo y la discriminación afectan a los deportados.
Empresas como EZ Call Center y American Survey Company (ASC) se han convertido en ejemplos de cómo los deportados, aunque con un pasado difícil, pueden tener una segunda oportunidad si se les da el apoyo necesario.
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