CRÓNICA TEXAS: Josué Flores y la muerte que cambió un barrio hispano

• Trágica muerte: Josué Flores, de 11 años, murió en el 2017 apuñalado 20 veces cuando volvía de su escuela a su casa
• Andre Timothy Jackson está acusado de su muerte, pero dice que es inocente
• El Northside, el vecindario hispano de Houston en donde ocurrieron los hechos, cambió para siempre tras su muerte

Josué Flores es el nombre de uno de los niños

más queridos de la ciudad de Houston, porque murió apuñalado cruelmente cuando volvía de la escuela a su casa.

La historia de la trágica muerte de Flores quedará marcada para siempre en los anales de la comunidad hispana de Houston, Texas, porque su deceso conmovió lo más profundo de los sentimientos de miles de inmigrantes.

En Houston, al igual que en otras ciudades de Estados Unidos, las familias hispanas por necesidad tienen que mandar a sus hijos solos a la escuela, ya que tanto el padre como la madre deben ir a trabajar.

Josué Flores tenía 11 años cuando lo mataron, y el pasado martes 11 de agosto habría cumplido 16 años de edad.

Ese día, justo en el sitio en el que cayó asesinado, las autoridades de la ciudad de Houston ordenaron poner una placa sobre la banqueta en la que murió en recuerdo de su vida y que dice «En memoria de Josué Flores».

Una vida que se cegó de manera irracional en un ataque sin sentido y un crimen que sigue sin dar con un culpable.

Lo que sigue es la crónica de los acontecimientos consignada en los documentos legales del caso.

Un caso con muchos enredos, una acusación falsa y un segundo presunto responsable que hasta el día de hoy clama ser inocente y sólo el chivo expiatorio con el que las autoridades quieren acallar a la opinión pública.

En la calurosa tarde del martes 17 de mayo del 2016 una nube de niños salió de la Marshal Middle School, del Distrito Escolar de Houston (HISD, por sus siglas en inglés) en el populoso barrio hispano del Northside.

Uno de esos niños era Josué Flores y quien, como lo había hecho desde la primaria, volvía solo a su casa.

Algunas cámaras de seguridad de diversos negocios captaron a Flores caminando alegre, despreocupado, con su mochila a un lado por las calles del barrio. Haciendo el mismo recorrido de un par de millas desde su casa hasta la escuela.

Entonces el chico se adentró por la calle Fulton Street, una cuadra tan sólo de casas antiguas y con varios árboles a los costados.

Un vecino que estaba en otra calle, al doblar la esquina, contó a las autoridades que escuchó un grito de un niño en inglés que decía «¡No me mates!». Luego ya no escuchó nada. Eran las 4:45 de la tarde.

El vecino, sólo por curiosidad, se acercó a ver qué había pasado. Se encontró a Josué Flores con el uniforme bañado en su propia sangre. Tirado sobre la banqueta. La mochila a un lado. Lo habían apuñalado en 20 ocasiones en diversas partes del cuerpo.

La zona se llenó de agentes del Departamento de Policía de Houston (HPD, por sus siglas en inglés). Lo único que las autoridades sabían, por los videos de las mismas cámaras que habían captado a Flores, que el presunto asesino era un hombre afroamericano de de cuerpo atlético.

El mismo Arturo Acevedo, jefe del HPD, se presentó en la zona y conmovido hasta las lágrimas dijo a los vecinos, arremolinados y furiosos exigiendo justicia, «fue un homicidio brutal, sin ningún sentido, sin ninguna excusa, atraparemos al responsable, les aseguro que no nos rendiremos».

Los amigos y familiares de Flores hoy lo recuerdan como un chico jovial, ansioso por vivir, con un gran amor por las matemáticas y las ciencias.

Después del asesinato del chico el vecindario de Northside cambió para siempre. Ahora los muchachos ya no caminan solos, pues hay voluntarios que los acompañan a sus casas para evitar otra tragedia.

El 18 de mayo del 2016, dos días después del crimen, agentes federales de los U.S. Marshals arrestaron a Che Calhoun por ser el presunto responsable de la muerte de Flores.

Kim Ogg, la Fiscal de Distrito del Condado de Harris, aseguró que había evidencia que lo vinculaba con la muerte del chico.

Desde su primera audiencia en corte, Calhoun clamó ser inocente y aseguró que lo acusaban en falso. Sin embargo, las autoridades se sostuvieron en su acusación.

El 20 de mayo a Calhoun lo soltaron de la cárcel porque su abogado pudo comprobar que la tarde en que mataron a Josué Flores, él estaba en un albergue para desamparados y había registros de ello. Lo soltaron luego de que la fiscalía retiró los cargos.

La indignación en el vecindario del Northside creció. Josué Flores estaba muerto. Las autoridades detuvieron a la persona equivocada. Los rumores también crecieron. Hubo quien se atrevió incluso a hablar de un asesino en serie de niños hispanos. Todo infundado.

Cuando Calhoun estaba por salir de la cárcel, al ser informado que sería liberado, les dijo a las autoridades «espero que esa familia reciba justicia por la muerte de su hijo».

El HPD, en los meses siguientes, detuvo a varios sospechosos para interrogarlos. Pero a ninguno pudieron vincularlo al crimen de Josué Flores. Uno de esos detenidos fue Andre Jackson, a quien acusaron y luego le retiraron los cargos y salió libre en junio del 2016.

Finalmente el 18 de junio del 2019, tres años después del crimen, Acevedo informó que el HPD tenía evidencia creíble que vinculaba a Andre Timothy Jackson con el homicidio de Josué Flores.

A Jackson se le presentaron cargos de homicidio en la Corte 263 de Distrito en el Condado de Harris que preside la juez Amy Martin.

Sin embargo, Jackson insiste hasta el día de hoy en que es inocente. Incluso a presentado pruebas de en dónde estaba ese día en que mataron a Flores. El hombre asegura en los documentos legales que sólo es un chivo expiatorio para que las autoridades resuelvan el crimen y acallar a la opinión pública.

Los documentos legales del caso revelan que hasta ahora la investigación sigue abierta por lo que, técnicamente, André Timothy Jackson no es culpable de ningún delito.

El homicidio de Josué Flores sigue impune. El vecindario de Northside cambió para siempre. Los chicos ya no van y vienen solos a la escuela. Luego de la tragedia la comunidad se unió para acompañarlos y que no se repita otra muerte cruel e innecesaria.

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