Crónica: Indocumentado exige que lo deporten a Honduras

• Crónica: Indocumentado exige que lo deporten a Honduras
• Erin lleva dos años pidiendo su salida, pero las autoridades lo ignoran
• Según el inmigrante, ya está cansado de todo por lo cual quiere regresarse

Crónica Indocumentado deporten Honduras. Erin Bonilla Ramos es un extranjero sin papeles que nació en el departamento de Tela, Honduras y que, en busca de una mejor vida, emigró junto con sus padres a Estados Unidos cuando tenía apenas 10 años. Estudió aquí la primaria y hasta graduarse de la ‘high school’, donde cometió una serie de errores típicos de muchos adolescentes: “vivir la vida loca”.

El joven catracho terminó esa etapa con su cuerpo y rostro lleno de tatuajes, marcas que sabía iba a tener que llevar por el resto de su vida, aunque ignoraba que serían ellas las que un día no muy lejano, lo terminarían hundiendo para siempre. Y es que ha sido gracias a dichos tatuajes que lleva ya casi dos años preso, y eso es poco en comparación con lo que le espera.

“Me están castigando por mi pura apariencia”

En enero de 2023, Erin cumplirá 24 meses tras las rejas, lo que considera completamente injusto e inhumano, por lo cual está pidiéndole al Estado que tenga consideración con él y que lo deporte cuanto antes a su tierra natal, para continuar así con su vida. “Me tienen encarcelado aquí solo por mi apariencia y porque soy indocumentado”, me dijo esta mañana el latino, de 29 años.

Cualquiera diría que como no tiene papeles y que está dispuesto a aceptar la deportación, que lo expulsen del país y asunto cerrado, pero en el caso particular de Erin, la situación es mucho más complicada, pues no se trata de un simple reo sin estatus legal, ya que es un prisionero que recién fue condenado a cadena perpetua.

Muchos lo han señalado como el malo de la película

Erin Bonilla Ramos prácticamente ha vivido aquí la mayor parte de su vida así es que conoce muy bien el sistema de justicia de este país y sabe que acá, con la ley no se juega. A pesar de ello, se involucró con malas amistades y sus ‘cuates’ fueron tan falsos con él, que terminaron inculpándolo de todo lo malo que hicieron juntos.

El guatemalteco Guillermo Minor Pérez, de 20 años y el mexicano Lesvi Rivera Bonilla, de 23 años, eran dos de esos falsos amigos de Erin que tras verse acorralados por la policía después de cometer juntos una fechoría, decidieron aliarse para culparlo de la parte más grave y así lograr ellos una reducción en sus condenas. Archivado como: Crónica Indocumentado deporten Honduras

Y todo por un bendito teléfono Iphone

A los tres jóvenes hispanos de Georgia se les vino su mundo abajo cuando perdieron uno de los privilegios más preciados de los cuales todo ser humano en teoría debería de disfrutar: la bendita libertad. El trío va a tener que pasar un largo tiempo tras las rejas por haber cometido juntos una serie de fechorías, aunque Erin fue el que se llevó la peor parte.

La tarde del 12 de enero de 2021 Guillermo, Lesvi y Erin caminaban juntos al interior de un vecindario de la ciudad de Norcross cuando de repente, se toparon con un residente hispano que traía en sus manos un celular de la marca IPhone. A los tres les brillaron sus ojos y al ver a su alrededor que no había más nadie, creyeron que era el momento oportuno para quitárselo. Archivado como: Crónica Indocumentado deporten Honduras

Terminaron felices con su botín

Erin, el mayor de los tres, andaba armado con una pistola. Sin pensarlo dos veces se la sacó y le apuntó al estómago a la víctima para que entregara el teléfono. Aterrado, el hombre no opuso ni siquiera el mínimo de residencia, así que sin dudarlo le entregó no solo el aparato, sino también otras de sus pertenencias, pues quería evitar a toda costa que le fueran a hacer daño.

Felices con su botín, Guillermo, Lesvi y Erin abandonaron la escena, eso sí, tras amenazar al peatón para que por nada en el mundo se le fuera ocurrir denunciar el hecho a la policía o de lo contrario, volverían y lo buscarían para asesinarlo. Creían que se habían salido con la suya, pero estaban muy equivocados. Archivado como: Crónica Indocumentado deporten Honduras

La víctima le echó a la policía en el acto

Y es que lo que le advirtieron a la víctima fue lo primero que hizo. Más tardaron los delincuentes en alejarse, que él en llamar al 911. Para desgracia de los hispanos, muy cerca de ese complejo de apartamentos había una patrulla, la cual acudió al lugar de inmediato. De hecho, el agente hasta alcanzó a visualizar a los sospechosos.

Cuando los malhechores vieron que tenían encima a las autoridades, Erin sacó nuevamente su arma y disparó contra la unidad de emergencia, pero afortunadamente no logró herir al uniformado. Sin embargo, su osadía hizo que se desatara una amplia persecución policial que duró un largo rato. Archivado como: Crónica Indocumentado deporten Honduras

Estaban ocultos como las ratas en uno de los drenajes

Tras efectuar una intensa búsqueda de casi seis horas en los alrededores, al final la policía logró localizar a los tres delincuentes escondidos en un drenaje. Luego de que las fotografías de sus rostros fueran divulgadas a través de los medios de comunicación, aparecieron más víctimas de sus malas andadas.

La policía entonces cayó en cuenta de que le robo del IPhone en realidad no sabía sido producto de una casualidad, sino que los tres sujetos se dedicaban a eso. Y es que en los días anteriores le habían hecho lo mismo a otras personas también hispanas, las cuales, por temor, habían preferido quedarse callados. Archivado como: Crónica Indocumentado deporten Honduras

Lesvi y Guillermo optaron por cooperar

Sin embargo, al ver que los habían atrapado, al menos otras tres víctimas decidieron comparecer para denunciarlos como los bandidos que a punta de pistola los habían despojado de sus billeteras y celulares. Gracias a ello, la policía pudo armar un caso sólido contra esos hampones, los cuales terminaron señalándose uno contra otro en el juicio a modo de librar su pellejo.

Lesvi y Guillermo no dudaron en asociarse para declarar en el tribunal de que, aunque ellos sí participaron en todos los atracos a mano armada y se lucraron de lo sustraído, no fueron ellos los que empuñaron la pistola ni mucho menos los que dispararon contra el uniformado y juntos señalaron a Erin como el responsable de todo eso. Archivado como: Crónica Indocumentado deporten Honduras

“Soy inocente y tengo las pruebas que lo demuestran”

Gracias a su cooperación, Erin fue declarado culpable y el juez a cargo del caso le impuso una condena de cadena perpetua, mientras que sus cómplices van a tener que encarar sentencias menores, las cuales podrían oscilar entre los 20 y 30 años. Todos terminaron convictos de robo a mano armada, asalto agravado y agresión contra un representante de la ley, entre otros.

“Yo no hice nada de lo que me acusan. Ese día estaba trabajando y tengo pruebas. Soy inocente. No sé ni entiendo cómo es que caí en todo esto. Lo único que por favor les pido es que me saquen de aquí. Que me deporten. No puedo seguir pagando por algo que no hice”, me dijo Erin completamente frustrado. Su sueño es la deportación, pero seguramente nunca lo verá cumplido. Que su caso sirva de ejemplo para otros jóvenes que están ahora mismo afanados con “la vida loca”. Gracias por leer mi crónica de hoy en MundoNow Hasta la próxima. Archivado como: Crónica Indocumentado deporten Honduras