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Crónica Arizona: ¿Quién mató a Nicole Aguilera? Treinta años sin respuestas

Hace 30 años Nicole Aguilera murió apuñalada en Phoenix, Arizona. Pese al tiempo, sus dos hijas siguen exigiendo justicia.
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Foto: Departamento de Polica de Phoenix.
  • ¿Quién mató a Nicole Aguilera? Hace 30 años, en Phoenix, Arizona, una madre hispana de dos hijas murió asesinada de 90 puñaladas.
  • Aguilera, de 18 años cuando murió, le dijo a sus amistades y familiares en los días previos a su muerte que temía por su vida y se sentía amenazada.
  • Vanessa y Reina Aguilera, las dos hijas de la mujer, no se rinden en su demanda para que haya justicia.

Hace 30 años, Nicole Aguilera murió a puñaladas en Phoenix, Arizona.

Pese al tiempo, sus dos hijas siguen exigiendo justicia.

El asesinato de Nicole Molly Aguilera es uno de los misterios más grandes en los anales del Departamento de Policía de Phoenix (PPD, por sus siglas en inglés), en Arizona, ya que no ha sido resuelto.

Los detectives de la División de Homicidios del PPD que trabajaron en el caso ya se retiraron. Los documentos acumulan polvo en las cortes criminales del Condado de Maricopa.

No hay un solo detenido por esa muerte. Tampoco hay pistas. Solo una mujer muerta y dos hijas, Vanessa y Reina Aguilera, que pese al tiempo no se dan por vencidas. Ambas están unidas para descubrir la verdad y saber quién asesinó a su madre.

Lo que sigue es la narración contada en las voces de los policías que investigaron el caso y la de dos  jóvenes hispanas de Arizona que advierten que no se rendirán en su afán por conocer la verdad.

Nicole Molly Aguilera tenía 18 años y era una chica con futuro brillante. Pese a su juventud, ya era madre de dos niñas, una de 3 años y la otra de 8 meses. Ambas vivían con ella.

Los amigos de ese tiempo la recuerdan como una estudiante esforzada para sacar su título de Desarrollo de Educación General (GED, por sus siglas en inglés) un equivalente a título de la High School.

Además, la chica estaba involucrada en diversos movimientos sociales de conciencia sociopolítica y militaba en la organización Chicanos Por La Causa (CPLC), de apoyo a las comunidades inmigrantes en Arizona, quienes la ayudaron con sus estudios.

Los que conocieron a Nicole Aguilera recuerdan que días antes de su muerte la muchacha presentó un reporte al PPD pues se sentía insegura, amenazada.

Nicole Molly Aguilera, de 18 años al momento de morir, era madre de dos hijas y quienes hasta ahora siguen clamando por justicia. (Fotos: Departamento de Policía de Arizona)

En la investigación del caso no hay una copia del reporte que presentó Aguilera. Sin embargo, los amigos de la muchacha sostuvieron a las autoridades que sí lo hizo.

La mañana del jueves 17 de enero de 1991 amaneció especialmente gélida en el área metropolitana de Phoenix. Una espesa capa de niebla cubría la ciudad.

Ese día una amiga de Aguilera llamó al número de emergencias del PPD para decir que la muchacha no le respondía el teléfono desde temprano en la mañana y estaba preocupada por ella ya que no se había presentado a trabajar.

No se detalla en los documentos legales del caso en qué trabajaba Aguilera en aquel tiempo.  Tampoco se revelará en esta historia el nombre de la amiga por discreción.

El primer departamento era la casa en la que vivía Nicole Aguilera cuando fue asesinada de 90 puñaladas. La puerta de atrás estaba entreabierta.

Un patrullero del PPD fue asignado a cubrir el reporte para ir al departamento de la muchacha en un complejo de viviendas ubicado en el 1206 South 3rd Avenue, en la intersección con Buckeye Road en el Warehouse District, en el suroeste de Phoenix.

El complejo de viviendas en el que sucedieron los hechos todavía existe y sigue siendo un centro de residencia para familias hispanas cruzando la calle de la Lowell Elementary School.

Según asentó en su reporte, el patrullero del PPD llamó a la puerta de la casa de Aguilera y nadie contestó. Le llamó la atención que la puerta estuviera cerrada, pero no con seguro, así que la abrió y llamó a gritos a la mujer.

Entonces el policía descubrió la dantesca escena: Nicole Molly Aguilera yacía muerta en la sala de su casa cosida a puñaladas. Un reguero de sangre llenaba el lugar.

Al revisar la vivienda el patrullero del PPD encontró que una bebé de cinco meses estaba en su cuna, desconcertada, en el cuarto de la casa, lloraba y con signos de que estaba hambrienta. Era la hija menor de la víctima y no había sido lastimada.

Los documentos legales del caso detallan que la otra hija de Aguilera, entonces de 3 años cuando sucedieron los hechos, había pasado la noche en casa de la abuela materna, quien luego se convirtió en su madre.

El patrullero del PPD pidió entonces la presencia de los detectives de la División de Homicidios del PPD para que se hicieran cargo del caso.

Uno de los detectives que atendió al lugar del crimen describió la escena como «horrible, un asesinato brutal, y parece que hubo una pelea en el lugar». La casa era un desorden. A la mujer la habían apuñalado en 90 ocasiones. Una saña indescriptible.

Durante las pesquisas una de los vecinos de Aguilera asentó en su declaración que alrededor de la 1:00 de la madrugada de aquel jueves escuchó gritos e insultos entre una mujer y un hombre en la casa de la muchacha.

Luego todo quedó en silencio hasta que llegaron las autoridades en la mañana.

En su revisión a la vivienda, los agentes no encontraron que ninguna de las dos puertas hubiera sido forzada para abrir. La puerta trasera estaba ligeramente entreabierta.

Los detectives de la División de Homicidios presumieron que Aguilera conocía a su atacante y lo dejó entrar. Asentaron en su investigación que tal vez eran dos personas las que atacaron a la muchacha, ambos hombres.

En su investigación, los detectives de la División de Homicidios del PPD asentaron que siguieron todas las pistas posibles y entrevistaron a varios posibles sospechosos y decenas de testigos. Todo fue en vano.

Con el tiempo, la muerte de Nicole Molly Aguilera pasó de ser una investigación activa a entrar en la lista de los Cold Cases (Casos enfriados sin resolver) que parecen no tener solución.

Luego de varios años, la División de Homicidios del PPD entregó la investigación del caso a la División de Casos sin Resolver y ahí sigue hasta ahora.

La policía espera todavía que alguien les dé la pista fidedigna sobre el asesino o asesinos de la muchacha muerta a puñaladas hace 30 años. La mayoría de sus heridas las recibió en la cara y el cuello.

Vanessa y Reina Aguilera van cada semana a visitar la tumba de su madre a la que recuerdan vagamente y solo tienen fotografías. De vez en cuando las dos muchachas llaman a las autoridades para saber si hay avances en la investigación.

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