Correa disfruta de su nueva vida con los Twins de Minnesota
Así que incluso él tuvo que respetar a regañadientes los abucheos de la afición de los Diamondbacks que atiborraron el Chase Field el domingo del Día del Padre.
Correa carga aún con el legado de los Astros de Houston que hicieron trampa
Dos años y medio después de que estallara el escándalo de robo de señas más serio en la historia del béisbol, Correa descubrió que cambiar de equipo no ha hecho que los fanáticos del béisbol olviden su papel.
En Fenway Park en abril, los abucheos comenzaron durante la práctica de bateo y hubo breves cánticos de «¡Tramposo! ¡Tramposo!» durante sus turnos al bate en el final de la serie.
Los abucheos continúan pero lo motivan aunque sean en casa
Pero las burlas han sido evidentes hasta cierto punto en todos los estadios de béisbol que han visitado los Mellizos en lo que va de la temporada. E incluso se han infiltrado de vez en cuando en… ¿Target Field?
«Sí, cuando los Yankees o los Dodgers vienen a la ciudad», dijo Correa. «Los fanáticos de los Twins son fantásticos. Han sido fantásticos conmigo y con mi familia. Pero no todos los fanáticos de los Twins están ahí».
El puertorriqueño ha puesto los números con los Twins
Si los que abuchean tan fuerte esperan romper su determinación o infligir algún castigo psíquico, dijo, es probable que se sientan decepcionados.
Por un lado Correa, está bateando .304 este fin de semana, tiene un OPS de .829 y posee un OPS+ (una estadística de producción en contexto que dice que valora por encima de la mayoría) de 141, el segundo más alto de su carrera.
Está ganando $35.1 millones este verano, la mayor cantidad jamás ganada por un Mellizo. Su manager, Rocco Baldelli, habló de él la semana pasada como una opción obvia para representar a los Mellizos en el Juego de Estrellas.
Como lidia con la antipatía de los fanáticos
«Se ha convertido en otra parte de mi juego ahora. Es divertido», dijo Correa.
«Lo acepto. Es mi realidad cotidiana en el camino, así que cuando no abuchean, no se siente bien. Si voy a un estadio de béisbol y no abuchean, no me siento sexy en el plato.»