Condenan a padre que obligó a su hijo de 6 años a correr en una cinta hasta la muerte
- Gregor sentenciado por muerte infantil.
- Abuso revelado en video.
- Causa de muerte: heridas contundentes.
Christopher J. Gregor ha sido sentenciado a 25 años de prisión por la muerte de su hijo, Corey Micciolo, de seis años.
El incidente ocurrió el 2 de abril de 2021.
Las pruebas presentadas durante el juicio incluyeron impactantes imágenes de video.
En el video se ve a Gregor obligando a su hijo a correr en una cinta de ejercicios a una velocidad peligrosa.
Condenas por Homicidio y Peligro a Menores
Esto resultó en múltiples lesiones fatales y, días después, en la muerte del pequeño.
Christopher J. Gregor fue sentenciado a 20 años por homicidio culposo agravado.
Recibió cinco años adicionales por poner en peligro la vida de un menor.
El juez Guy P. Ryan del condado de Ocean ordenó que las dos condenas se cumplieran de manera consecutiva.
Esto totaliza 25 años de prisión para Gregor.
El incidente en el gimnasio fue un acto salvaje de crueldad.
Gregor sometió a su hijo a una prueba de resistencia que terminó en tragedia.
Corey, de solo seis años, fue obligado a correr en una cinta de ejercicios a una velocidad peligrosa.
Las imágenes de video mostraban el horror de la escena.
Gregor aumentaba la velocidad de la máquina repetidamente.
Ignoraba los intentos desesperados de su hijo por mantenerse en pie.
Corey cayó varias veces, rodando y lastimándose.
Detalles de la Violencia y Abuso Crónico
Christopher J. Gregor lo levantaba brutalmente cuando se caía y lo obligaba a continuar sin reducir la velocidad.
El video capturó a Gregor mordiendo la cabeza de su hijo en un acto de violencia incomprensible.
Corey reveló más tarde a su médico que su padre lo obligaba a correr en la cinta “porque estaba demasiado gordo”.
La madre de Corey, Breanna Micciolo, había notado intensos hematomas en el cuerpo del niño.
Había informado sus sospechas a la División de Protección y Permanencia Infantil de Nueva Jersey.
El 2 de abril de 2021, Corey se despertó de una siesta con síntomas alarmantes.
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Arrastraba las palabras, tropezaba y sentía náuseas.
Su padre lo llevó rápidamente al hospital, donde fue declarado muerto poco después.
La autopsia reveló una serie de heridas graves.
Hematomas intensos, contusiones cardíacas y hepáticas, inflamación aguda y septicemia.
Los resultados forenses indicaron que la causa de la muerte fueron heridas por objetos contundentes.
Evidenciaron el severo abuso físico al que había sido sometido.
El médico forense del condado de Ocean, Dante Ragusa, señaló que las lesiones eran consistentes con un patrón de abuso crónico.
La causa final de la muerte quedó clasificada como “indeterminada” debido a la complejidad de las heridas y circunstancias.
Las pruebas eran suficientes para proceder con cargos más severos contra Gregor.
Cinco días antes de morir el niño le preguntó a su abuela materna: “¿Dios ve lo que mi papá me hace?”, testificó Rebecca Micciolo al juez.
“Le dije que Dios ve todo”. Luego su nieto le preguntó “Por qué su papá no iba al infierno, y yo respondí: ‘Algún día lo hará’”, continuó la abuela en el tribunal
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