Carney y Li buscan aliviar tensiones comerciales entre Canadá y China; reanudan diálogo diplomático

Publicado el 06/06/2025 a las 15:47
- Canadá y China reanudan diálogo
- Acuerdo para resolver diferencias comerciales
- Fentanilo también fue tema clave
Las relaciones entre Canadá y China atraviesan una etapa clave de recomposición luego de años marcados por la tensión política y económica.
En un esfuerzo por reconstruir vínculos, los primeros ministros Mark Carney y Li Qiang sostuvieron una llamada telefónica en la que abordaron temas sensibles de la agenda bilateral.
El principal acuerdo de esta conversación fue el compromiso para “regularizar canales de comunicación” entre ambas naciones.
Así lo informó la Oficina del Primer Ministro de Canadá mediante un comunicado oficial difundido tras el diálogo mantenido la noche del jueves.
Carney y Li acuerdan abrir canales de comunicación

Ambos líderes coincidieron en la necesidad de destrabar los conflictos comerciales que han afectado el intercambio entre los dos países.
También autorizaron que altos funcionarios sostengan reuniones presenciales en las próximas semanas para “solucionar problemas comerciales pendientes”.
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“El objetivo es establecer una vía de entendimiento fluida y permanente que evite futuras escaladas”, subrayó el comunicado canadiense.
De acuerdo con ‘EFE’, durante la llamada, los mandatarios también trataron un asunto de creciente preocupación internacional: la crisis del fentanilo.
El caso Huawei marcó el quiebre diplomático
Se comprometieron a colaborar en la lucha contra el tráfico y la producción de esta sustancia, que afecta gravemente a América del Norte.
La conversación representa un punto de inflexión tras años de fricciones iniciadas en 2018, cuando Canadá detuvo a Meng Wanzhou, ejecutiva de Huawei, a pedido de Estados Unidos.
China respondió entonces con el arresto de dos ciudadanos canadienses, desatando una crisis diplomática que congeló cualquier intento de diálogo.
Desde ese momento, la relación bilateral quedó marcada por la desconfianza y los gestos de confrontación.
Ambos países buscarán resolver disputas comerciales
En 2024, la tensión volvió a escalar cuando Canadá decidió imponer fuertes aranceles a productos clave de origen chino.
Las medidas incluyeron un arancel del 100 % a los vehículos eléctricos fabricados en China, además de gravámenes del 25 % al acero y al aluminio.
Esta decisión, en línea con la política comercial de Washington, fue interpretada en Pekín como un ataque directo a su capacidad exportadora.
China respondió con su propio paquete de aranceles dirigidos a sectores estratégicos de la economía canadiense.
Choque de aranceles profundizó la crisis
Entre las represalias figuraron impuestos adicionales a las importaciones de aceite de canola y mariscos, productos de gran importancia para la industria agroalimentaria de Canadá.
El choque arancelario generó preocupación entre empresarios de ambos países y reavivó el temor a una guerra comercial prolongada.
Por eso, el gesto de Carney y Li Qiang es percibido como una señal de distensión que podría encaminar la relación hacia una etapa más pragmática.
“Los líderes también discutieron el comercio entre los dos países”, señala el comunicado, en alusión directa a uno de los focos más delicados del vínculo bilateral.
Nueva etapa para cooperación y confianza
Aunque no se anunciaron medidas concretas de desescalada arancelaria, la autorización para que funcionarios se reúnan cara a cara es vista como un paso inicial relevante.
Desde la perspectiva canadiense, reconstruir un canal estable de comunicación con China permitiría proteger intereses estratégicos sin renunciar a principios democráticos ni comprometer su alianza con EE.UU.
Para China, recuperar un diálogo fluido con Ottawa podría facilitar una gestión menos conflictiva del entorno comercial occidental, donde enfrenta crecientes barreras.
El compromiso compartido en torno a la crisis del fentanilo también abre una nueva dimensión en la cooperación bilateral.
Ambas partes reconocen que se trata de un problema transnacional que exige respuestas coordinadas.
Más allá del aspecto económico, la conversación entre Carney y Li Qiang apunta a reconstruir confianza y promover una diplomacia más directa.
La tensión acumulada en los últimos años demostró que la falta de canales oficiales no solo agrava conflictos, sino que impide soluciones rápidas y efectivas.
Este intento de reencuentro diplomático llega en un momento crucial para el orden internacional, marcado por rivalidades geopolíticas y desafíos comunes como el narcotráfico y la transición energética, según ‘EFE’ y ‘Yahoo News‘.

