Abuelita murió mientras trabajaba y nadie se dio cuenta (FOTO)

Entre el abandono y la miseria falleció una ‘abuelita’ de 85 años de edad en el mercado público de la Villa de Etla, distante a unos 25 kilómetros de la capital de Oaxaca.

De acuerdo con reportes de corporaciones municipales, doña Juana Santiago Chávez acudía todos los días a vender sus productos, como maíz, frijol y algunas verduras, que traía de su comunidad de origen, San Juan Bautista Jayacatlán.

Doña Juana Santiago Chávez de 85 años de edad, acudía todos los días al mercado a vender sus productos, como maíz, frijol y algunas verduras; hasta el momento nadie ha reclamado su cuerpo 😭 https://t.co/fnUgLyNZtl

— El Universal (@El_Universal_Mx) August 31, 2018

Sin embargo, la tarde del pasado miércoles se le halló sentada sobre un bulto y agachada; varias horas después, los comerciantes y clientes del mercado se dieron cuenta que no respiraba, por lo que dieron parte a las autoridades.

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Paramédicos de una corporación de auxilio revisaron a doña Juana, pero corroboraron que ya no contaba con signos vitales.

Hasta la mañana del jueves ningún familiar había reclamado el cuerpo de la mujer de la tercera edad, quien, de acuerdo con expendedores del mercado, llegaba sola todos los días a ofrecer sus productos y se retiraba por las tardes.

De manera preliminar, los paramédicos informaron que el deceso fue por causas naturales.

En Twitter, los usuarios reaccionaron: «Falleció trabajando, como seguramente lo hizo toda su vida. Tristeza que un adulto mayor termine así, al margen de las políticas sociales e inmersos en la indiferencia», «murió sentada, trabajó hasta morir y a nadie le importó».

Mientras que alguien más cuestionó: «Como doña Juana Santiago Chávez, quien murió trabajando, hay miles de casos invisibilizados por la sociedad y las instituciones. Dicen por ahí que ‘el trabajo dignifica’, pero díganme, ¿una persona de 85 años merecía morir trabajando porque no tenía qué comer?».

«Sentada por mucho tiempo sin que nadie notara que ya no contaba con signos vitales, literalmente trabajó hasta morir y a nadie le importó”, escribió alguien más.